Los conservadores griegos ganan la mayoría absoluta en el Parlamento

Los conservadores griegos derrotaron a los partidos de izquierda en una segunda vuelta electoral el domingo. Con más del 90 por ciento de los votos contados, el partido Nueva Democracia del primer ministro Kyriakos Mitsotakis tiene más del 40 por ciento, frente a menos del 18 por ciento del partido de izquierda Syriza del ex primer ministro Alexis Tsipras. Debido a que no todos los partidos alcanzaron el umbral electoral del 3 por ciento, Nueva Democracia obtuvo suficientes escaños adicionales para obtener una mayoría absoluta en el parlamento.

Según Mitsotakis, de 55 años, el pueblo griego le dio un «mandato firme» el domingo, que quiere usar para impulsar «reformas muy necesarias». Hablando ante una multitud que lo vitoreaba, Mitsotakis prometió un sólido crecimiento económico, aumentos salariales y una reforma de la atención médica, entre otras cosas.

El mes pasado, Nueva Democracia también recibió con mucho la mayor cantidad de votos, pero el 40 por ciento obtenido no fue suficiente para una mayoría absoluta en el parlamento. Debido a que el primer ministro no quería formar una coalición con un partido más pequeño, Mitsotakis presionó para que se celebraran nuevas elecciones.

Fuerte desplazamiento a la derecha

El resultado de la segunda ronda de votación representa un giro significativo hacia la derecha. Por ejemplo, el partido de extrema izquierda MeRA25 del exministro de Finanzas Yanis Varoufakis no logró pasar el umbral electoral. Tres partidos de extrema derecha, incluido el partido nacionalista Spartiates (espartanos), lograron precisamente eso. Juntos recibieron casi el 13 por ciento de los votos.

Las elecciones griegas se vieron ensombrecidas en parte por el gran accidente de barco frente a la costa griega que mató a cientos de inmigrantes la semana pasada. El líder de Syriza, Tsipras, cuestionó las acciones de la guardia costera griega, pero eso probablemente no benefició al partido. Los analistas dicen que muchos griegos apoyan la estricta política migratoria del gobierno, que la Guardia Costera utiliza para proteger sus fronteras.



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