Por Michael Sauerbier
¿Idea extraña o lanzamiento ingenioso? Los berlineses David (42) y Julia Klemme (35) construyeron su casa familiar en una nave de hierro corrugado. La galardonada “Anti-Country House” se encuentra en un pueblo de Brandeburgo.
Los 832 residentes de Schmergow apenas podían creer lo que veían: entre las casas de techo a dos aguas bien cuidadas, las grúas construyeron un almacén en muy poco tiempo: cimientos de hormigón, andamios de madera, paredes de hierro corrugado, dos grandes puertas de granero. Solo el letrero del sitio de construcción reveló: “Aquí se está construyendo una casa unifamiliar”.
La pareja de clientes proviene de Berlín-Charlottenburg. “Ya no queríamos alquilar un lugar en la ciudad”, dice el consultor de TI David, “nuestra casa debería ser flexible y económica, con un gran jardín en un hermoso entorno natural. Tenemos todo aquí.”
El arquitecto Markus Rampel (38, c/o ahora) tuvo la idea. El domingo mostró la Hallenhaus al público por primera vez. Rampel: “La sala consta de componentes industriales económicos y protege contra la lluvia, el viento y las heladas. La casa central no necesita aislamiento ni sellos”.
Lo más destacado: “Podemos ampliar el espacio habitable en cualquier momento”, dice el constructor David, “desde 95 metros cuadrados hasta 200. Solo con paredes de madera y cartón yeso”. Actualmente está construyendo un estudio. A costos imbatibles.
“Cada metro cuadrado adicional cuesta 200-300 euros”, explica el arquitecto Rampel, “lo normal son 2.500 euros”. Julia Klemme: “Pagamos 350.000 euros por la casa y la propiedad. Más aporte personal.” Un tercio menos que una casa “normal” de 5 cuartos. Su “Casa Anti-Country” acaba de recibir el “Premio Bauwelt”.
La sensación de vivir: increíble. Cuando las puertas están abiertas, la vista exterior es como cualquier otra casa. Cuando están cerrados, los elementos de plexiglás dejan entrar mucha luz en el vestíbulo: un colorido jardín brota bajo el techo alto.
David y Julia no se arrepienten de la mudanza: “Solo la conexión con Berlín podría ser mejor”.