Ministro: ‘El requisito de permiso general no excluirá los abusos en el cuidado como en el cuidado de la granja Wedde’

No importa cuán inaceptable y repugnante sea lo que sucedió durante años en la granja de cuidado Aurora Borealis en Wedde, la introducción de un permiso obligatorio para los proveedores de cuidado con menos de diez empleados no ayudará.

En cualquier caso, ese es el tenor de las respuestas que la ministra Conny Helder (Cuidados a largo plazo y deporte) da a la diputada de CDA Lucille Werner. “Un requisito de permiso general no excluirá los abusos en la atención médica”, dice el ministro.

Ella responde así a las preguntas parlamentarias de la CDA sobre los abusos sádicos que salieron a la luz a fines del año pasado sobre la granja de cuidados en Wedde. El miembro del parlamento Werner quería saber, entre otras cosas, por qué un proveedor de atención médica con menos de diez empleados solo tiene que informar a las autoridades y no está obligado a obtener un permiso. La CDA se pregunta en voz alta si eso no sería mejor, dados los abusos en Aurora Borealis.

Riesgo de ‘carga administrativa’

Pero Helder dice que hay un “equilibrio” entre la “importancia del permiso por un lado y la carga administrativa y de ejecución por el otro”. En otras palabras: si todos los proveedores de atención médica estuvieran sujetos a un requisito de licencia, esto supondría una carga administrativa considerable. Según el ministro, la pregunta es si un permiso podría haber evitado una situación como la de Wedde.

El programa Undercover en los Países Bajos sacó a la luz los abusos en la institución de atención a pequeña escala (financiada en gran parte a través de presupuestos personales – PGB). En dos transmisiones -el programa informó a la policía mucho antes de esas transmisiones- se mostraron imágenes de video de cómo los residentes vulnerables fueron humillados y tuvieron que sufrir un verdadero régimen de terror por parte de la dirección y los supervisores.

Tormentos anotados en informes diarios

Uno de los hallazgos más notables de este caso es que las aflicciones a las que fueron sometidos los residentes simplemente se anotaron en los informes diarios de la granja de cuidado. Pero las autoridades que se suponía que debían verificar esto nunca lo hicieron. Y mucho menos que se haya tomado alguna medida al respecto. La ministra Helder lo reconoce una vez más en su respuesta escrita. Según ella, “no existe una directriz sobre la frecuencia de las visitas a las fincas asistenciales” por parte de la Inspección de Salud y Atención a la Juventud (IGJ).

Según Helder, la IGJ practica una “supervisión basada en riesgos”. La IGJ sí depende, además de las visitas, de informes de proveedores de atención médica, pacientes u otras partes involucradas. Por cierto, la aurora boreal de Wedde fue investigada una vez: en 2007. Solo después del informe a Undercover en los Países Bajos, la IGJ, junto con el poder judicial, se decidió por ello.

Ministro Helder informa a vecinos y padres de familia [of vertegenwoordigers] “ofreció apoyo a las víctimas”. Según Helder, si los fundadores de Aurora Borealis quieren iniciar una nueva empresa de atención médica, serán “colocados inmediatamente bajo una supervisión más estricta por parte de la IGJ”.



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