“El hijo de puta ya no quiere conducir”. Todavía es temprano en la mañana cuando un hombre armado llama a su compañero. El pasajero está visiblemente agitado, porque su chofer se niega a seguir conduciendo con la carga: un camión que se dice está lleno de cocaína por valor de 26 millones de euros. Estamos en la N41 en Elversele en Flandes Oriental y esta es la historia del robo, el tiroteo y la toma de rehenes inventada.
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