Carlos Alcaraz y Novak Djokovic difieren en muchos aspectos, pero coinciden en una cosa. “Si quieres ser el mejor, tienes que vencer a los mejores”, dijeron ambos en el período previo a su semifinal en Roland Garros el viernes por la tarde.
El duelo entre los mejores tenistas de la actualidad no es solo una batalla de generaciones, también es un choque de estilos de juego. En la cancha Philippe-Chatrier, el control y la eficiencia de Djokovic, de 36 años, se encuentran con el entusiasmo aventurero y de espíritu libre de Alcaraz, dieciséis años menor que él.
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Guus Peters escribe sobre fútbol y tenis desde 2014 de Volkskrant.
El encuentro entre el campeón llegado y el nuevo campeón es también la final que se juega demasiado pronto. En París, Djokovic persigue el récord de 23 títulos de Grand Slam, mientras que Alcaraz apunta a su segunda victoria de Grand Slam. Ganó el US Open el año pasado y se convirtió en el número uno más joven del mundo.
Cuando se le preguntó si la experiencia de Djokovic o su juventud serán el factor decisivo, Alcaraz, de 20 años, respondió con una sonrisa: “Espero que mi juventud. Pero será su semifinal número 45 en un torneo de Grand Slam y mi segunda. Tiene más experiencia, pero trato de no pensar en eso.
Primera reunión en 2023
En Roland Garros, las semifinales se esperaban desde el inicio del torneo, cuando el sorteo demostró que Djokovic y Alcaraz podían enfrentarse. Los dos se han relevado varias veces en los últimos meses como número uno del ranking mundial, pero aún no se han enfrentado esta temporada. Hace que el encuentro sea aún más interesante.
La única vez que se enfrentaron fue hace más de un año. Sobre la tierra batida madrileña, Alcaraz se impuso tras tres trepidantes parciales: 6-7, 7-5, 7-6. El gran talento español sumó tres puntos más que Djokovic a lo largo del partido, demostrando las minúsculas diferencias entre el jugador que debutó profesionalmente en 2003 y el tenista nacido ese año.
Tras su primer encuentro, los mejores tenistas de distintas generaciones se desmoronaron por diversos motivos. Alcaraz luchó con una lesión persistente en el muslo durante cuatro meses después de su victoria en el US Open.
Se perdió el Abierto de Australia, donde Djokovic ganó su título 22 de Grand Slam a principios de este año. La decisión del serbio de no vacunarse le costó algunos torneos de prestigio en Estados Unidos, incluido el US Open.
Alcaraz emergió rápidamente como el príncipe heredero del tenis y participó por primera vez en un torneo de Grand Slam en París como número uno del mundo. A pesar de la presión sobre sus hombros, nunca titubeó. Describió su clase magistral en los cuartos de final contra Stefanos Tsitsipas como uno de los mejores partidos de su aún temprana carrera: Alcaraz está en su tercera temporada completa al más alto nivel.
Ponerse en mejor forma
Con Djokovic como oponente, se encontrará con el tenista más laureado de todos los tiempos. Ocupó el puesto número 1 en el mundo durante un total de 380 semanas. En el período previo a Roland Garros, el actual número 3 luchó con una lesión en el codo, pero demuestra en París que su forma está creciendo. Sabe mejor que nadie que no debe desperdiciar ni un ápice de energía, tanto física como mentalmente.
Es un marcado contraste con el juego que consume energía de Alcaraz, que golpea cada pelota como si fuera la última. Ambos jugadores solo entregaron un set en París. Aún así, Alcaraz estuvo en la pista 3,5 horas menos que su mayor competidor: Alcaraz necesitó 10 horas y 55 minutos para llegar a las semifinales, el serbio necesitó 14 horas y 23 minutos.
Djokovic solo aprovecha sus reservas cuando se da cuenta de que es necesario. Tiene el don de ser la mejor versión de sí mismo en los momentos importantes. Jugó cinco desempates en Roland Garros y ganó los cinco. Más llamativo: en los desempates no cometió errores innecesarios.
Igualmente llamativo fue el número de drop shots que Djokovic acertó en cuartos de final ante Karen Chatsjanov: 37. Es el arma por excelencia de Alcaraz, que le devolvió la vida al golpe. Incluso el joven español no agarró el balón corto sobre la red tan a menudo en un partido. Alcaraz acertó más drop shots que Djokovic durante todo el torneo: 83 a 78.
La pregunta es si Djokovic peleará contra su mayor rival con sus propias armas. En cualquier caso, quedará claro si Alcaraz puede moldear definitivamente la toma del poder por parte de la nueva generación de tenistas o si Djokovic es el último del Big Three (Federer, Nadal, Djokovic) en ralentizar el tiempo.