En el período previo a las elecciones turcas de mayo, el banco central turco, en un intento por obtener una visión más positiva de la economía, había apuntalado fuertemente a la lira vendiendo dólares. Entre el 1 de enero y las urnas, esto ascendió a 30.000 millones de dólares (28.000 millones de euros). Según los comerciantes, Turquía ya ha dejado de vender dólares.
Este es el duodécimo día consecutivo de pérdida de valor de la lira. Desde el 28 de mayo, cuando se llevó a cabo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, la moneda ya ha perdido 12 por ciento frente al dólar.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, conocido por sus puntos de vista monetarios poco ortodoxos, nombró a Mehmet Simsek como nuevo ministro de Finanzas el sábado. Ya el domingo apareció que quería volver a las “medidas racionales” para volver a encarrilar la economía. Su prioridad es hacer frente a la inflación vertiginosa, que se situó en el 39,6 por ciento anual en mayo, después de alcanzar un máximo del 85 por ciento el año pasado.