El gobierno brasileño ha presentado un plan para poner fin a la deforestación ilegal en la Amazonía para 2030. Los delitos deben ser detectados y el gobierno hará inversiones sostenibles.
El plan establece, entre otras cosas, que la inteligencia y las imágenes satelitales deben usarse para detectar delitos. Por ejemplo, los bancos pueden señalar pagos por la compra de equipos como motosierras o excavadoras.
El gobierno del nuevo presidente Luiz Inácio Lula da Silva también quiere implementar un sistema para marcar productos legales de la selva tropical. No está claro cómo debería ser ese sistema. Varios ministerios deben empezar a reconocer juntos para detectar y prevenir los delitos ambientales.
Los bosques que están en mal estado deben ser restaurados, establece el plan. Las plantas y árboles originales de la selva tropical deben crecer invirtiendo en la conservación de la naturaleza y la gestión forestal sostenible. Lula da Silva hizo de la protección del clima una de sus prioridades.
Brasil y más de 40 países más se unieron a una alianza en 2021 con el objetivo de terminar con la deforestación global para 2030. El país estaba entonces dirigido por el político de derecha Jair Bolsonaro. Pero bajo su presidencia, la deforestación en la Amazonía brasileña se aceleró.