“Es un viaje con una sonrisa y una lágrima”, el veterano holandés Ebel Dijkman recuerda su viaje a Srebrenica la semana pasada, 28 años después de la caída del enclave, que mató a unas 8.500 personas.
No era la primera vez que regresaba Dijkman, pero sí la primera vez con un grupo de hombres con los que estuvo hace 28 años. “Éramos nueve. Había invitado a más, pero esta gente dijo que sí”, cuenta Dijkman en el programa de RTV Drenthe cassata.
Aprovechó para hacer ese viaje como veterano a expensas de Defensa. Ebel Dijkman fue uno de los cientos de soldados del Batallón 3 holandés de Assen que participaron en la caída de Srebrenica el 11 de julio de 1995. El año pasado recibieron una disculpa del gabinete, una insignia de honor, 5.000 euros como compensación económica y la posibilidad de hacer un viaje de regreso a Bosnia con el Instituto de Veteranos.