«Como fiscal nacional antimafia, creo necesario llamar la atención del debate público sobre el estado de profundo condicionamiento criminal generalizado de los actores de la administración pública. Bastaría con mirar el estado de las administraciones disueltas en 30 años por constatado condicionamiento por delincuencia mafiosa para tocar la concreción de los problemas de ausencia de todo filtro, control, prevención”. es la denuncia de Juan Melillo ante la Comisión de Justicia de la Cámara que le oyó sobre la reforma del abuso de poder.
Eliminar las sanciones por abusos en la AP es vulnus a las obligaciones de la UE
“La pérdida de la posibilidad de sancionar conductas abusivas representaría una vulnerabilidad a las obligaciones internacionales que asumió Italia en materia de corrupción con la convención de Estrasburgo”, advirtió también Melillo. Y dado que los clanes tienden a tener un contacto cada vez mayor con la AP, Italia se expone “al riesgo de aparecer como una fuente de debilitamiento del sistema de acusación”, al igual que el país con el Pnrr “se prepara para utilizar enormes recursos” que también son el resultado de “impuestos pagados por ciudadanos de otros estados europeos”.
El «miedo a la firma» y los cheques
“Creo que el objetivo correcto de reducir el miedo a firmar una firma no puede agotarse en agravar la fragmentación e inconsistencia del sistema de justicia penal”, observó el fiscal con respecto a la reforma que trabaja el gobierno. «Los temores de invasión indebida del ámbito de discrecionalidad que debe reservarse a la autoridad administrativa es un tema que tendría mayor credibilidad si se acompañara de la exigencia de la introducción en el sistema de controles internos a la administración pública, capaces de evitando el riesgo de intervención judicial. En cambio, este es uno de los temas que queda fuera del debate político -resaltó nuevamente el magistrado-. Hay que reconocer que no existen controles en la administración pública y los previstos por la ley se reducen a mera cosmética”.
Abuso de cargo: 85% de las denuncias presentadas
«Los riesgos de ampliar la discrecionalidad judicial respecto de la actividad administrativa tras la reforma de 2020 se circunscriben a ámbitos absolutamente marginales. Y esto atañe no sólo al abuso del cargo, sino también al tráfico de influencias, cuyos términos han sido devueltos a las manos firmes de los principios constitucionales de las disposiciones imperativas». Así lo ha dicho, cifras en mano, el fiscal nacional antimafia Giovanni Melillo, que ha añadido que los sucesivos pronunciamientos de la Casación han “disipado cualquier riesgo de aplicación imprudente” de las normas que sancionan estos delitos. “El 85% de las denuncias son archivadas” por los fiscales. E incluso los jueces no tienen mangas grandes en absoluto. “Solo hay 18 condenas en 2021. Incluso las denuncias disminuyeron significativamente entre 2020 y 2021”, agregó el fiscal, al señalar que los administradores que se quejan del “miedo a firmar” son los que gobiernan. “Quienes en cambio pasan a la oposición suelen ser los promotores de las denuncias que piden la intervención del juez”.