El cantautor interpreta canciones como sueños fugaces.
¿Cómo sonaría Beck sin el nihilismo existencial que impregna sus canciones superficialmente relajadas? Tal vez como el artista neoyorquino Rahill, antes parte de la banda de garaje Habibi. Pero eso no quiere decir que sus canciones soleadas y cálidas no tengan profundidad. Más bien, cambia el nihilismo por una tierna melancolía.
No es de extrañar: en su primer álbum en solitario, la hija de inmigrantes iraníes en los EE. UU. trata sobre la pérdida, la familia, la cultura iraní y la aceptación; no en vano, el álbum comienza con el «Healing» tipo collage. Las narrativas poéticas de Rahill se acompañan de un sonido que cita a héroes lo-fi como Beck (con quien colabora en el sencillo «Fables») así como al trip-hop, pero siempre conservando el atractivo pop.
Su voz te hipnotiza en canciones como «Futbol» o «Naila», luego las canciones suenan como un sueño fugaz («Bended Light», «Libra»). El punto culminante indiscutible es el jazzy, tristemente hermoso, «I Smile For E», una canción para su tía fallecida Elaheh.