“Los dos técnicos se parecen. Mourinho trae euforia: podrá animar en el Olímpico. Mi mujer podrá cantar el himno de la Roma, pero si marca mi Leverkusen…”
Rudi Voeller ya estuvo ayer en Roma. Mañana lo escoltarán al Olímpico su mundo, sus sentimientos y su fútbol: por un lado su mujer Sabrina, romana y romanista, y por el otro el seleccionador de Alemania, Hansi Flick. “Haré un compromiso con mi esposa. Te dejaré cantar el himno de la Roma, pero si el Leverkusen marca, debes mostrar al menos un poco de celebración”. Voeller se ríe, su vida está llena. Hace un año se jubiló, suficiente con sus funciones como director general en Bayer. Le dieron un asiento en la directiva, un cargo de embajador del club. Pero ahora, para ser justos, los ha congelado. Debido a que Alemania fracasó una vez más en el Mundial, Oliver Bierhoff se quedó sin trabajo y la federación ha señalado a Rudi como Sportdirektor de la selección, la figura junto al entrenador para recuperar el fútbol alemán. La duración es hasta la Eurocopa en casa del próximo año. “Siempre estoy fuera de casa, que es exactamente lo que no quería hacer: quería quedarme en casa por un tiempo, a lo sumo ir a Roma. Y en cambio… Pero también está bien, la Eurocopa 2024 es un hito importante, entonces sé que todo volverá a ser como antes”.