Unos días antes de la Navidad del año pasado, la periodista británica Cristina Criddle recibió una inquietante llamada telefónica. TikTok la llamó para decirle que dos de sus empleados en China habían accedido a la información del perfil privado del gato de Criddle sin su consentimiento o conocimiento. Hicieron esto para averiguar cuál de los empleados de la empresa se había reunido en secreto con la prensa.
ttn-es-3