Aferrémonos a Christine Lagarde

Es cierto, cuando se trata de disculparse siempre estamos dispuestos a dar marcha atrás. Es el caso de lo ocurrido con el repunte de la inflación en abril que acabó justificando la línea de cautela adoptada por el BCE, la misma línea muy criticada en Italia. Cuckolded y mazziati, por lo tanto, porque muchos (incluido yo mismo) se habían distanciado, de hecho, de Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, quien continuó en el camino del endurecimiento monetario a pesar del optimismo de muchos «gurús».

La proverbial prudencia del BCE

La música de siempre: ¿por qué Frankfurt sigue siendo cauteloso cuando, en cambio, hay signos de mejora en todos los frentes? Ni una duda: aparte de Mario Monti y algunos otros, seguimos insistiendo en que Europa debería haber sido un poco más valiente en las tasas para evitar las consecuencias tipo boomerang. Y baja a criticar al «número uno» de la Eurotower ya lamentar a Mario Draghi, el antecesor de Christine.

Inflación al +8,3%

Sin embargo, nunca es tarde para corregir el tiro porque, según datos del pasado mes de abril, la inflación volvió a crecer de forma sostenida hasta el +8,3% anual debido, sobre todo, al nuevo repunte de las tarifas energéticas. Con más razón, «Madame» también se mostró cautelosa el pasado jueves cuando, tras la estela de la Fed, volvió a subir los tipos, aunque solo ligeramente, y también auguró que aún queda mucho camino por recorrer.

Patuelli: el costo de vida volverá a caer

Mientras tanto, ciertas distancias se han enrarecido un poco. Hay pocas excepciones: entre estas, demostrando ser mucho más consistentes que muchas otras, el presidente de ABI, Antonio Patuelli, quien, en una entrevista, reiteró la necesidad de tener cuidado de no desacelerarse en el frente del PIB. No solo eso: interrogado por mí, confirmó su predicción de que el costo de vida volverá a caer. ¿Y los demás profesionales? Silencio casi absoluto: a estas alturas realmente esperamos que el repunte inflacionario del mes pasado haya sido realmente un contratiempo, la clásica golondrina que no llega a la primavera.

Campeón de natación Lagarde

El hecho es que lo ocurrido debería, sin embargo, hacernos más cautelosos porque el presidente del BCE tenía razón: a la luz de los últimos datos y con las muchas variables sobre la mesa, empezando por las implicaciones económicas de la guerra en Ucrania, la prudencia aparece más que nunca como un deber. Pocos quizá recuerdan que antes de llegar a lo más alto de las finanzas internacionales (al frente del Fondo Monetario y por tanto en la última planta del rascacielos de Frankfurt) Lagarde había sido campeona de natación y también había formado parte de la selección transalpina: con cierta olas en llegada, los chalecos salvavidas que «Madame» podrá arrojar serán providenciales. Tal vez sea apropiado decir: aferrémonos a Christine.



ttn-es-11