Ad tiene que dejar de ser aeronauta porque se está haciendo demasiado viejo: ‘Gran tontería’


Ad Haarhuis de Breda, más conocido como Ad Ballon, tiene que dejar de ser aeronauta profesional. Él mismo preferiría seguir años, pero no le queda otra: en unas semanas cumplirá 70 años. Y de acuerdo con la ley europea, ya no se le permite llevar pasajeros en la canasta comercialmente. «Gran tontería», dice Ad.

Todavía goza de muy buena salud y preferiría seguir navegando en los próximos años. «Tendría más sentido si dependiera de su salud si pudiera continuar siendo piloto, en lugar de que ellos miren su edad». Haarhuis preferiría ver a los aeronautas mayores recibir un control de salud periódico, al igual que la licencia de conducir del automóvil.

«Creo que mi salud se deteriorará si tengo que parar».

“Si estás física y mentalmente sano, ¿por qué no vas a poder dar un salto profesional a los setenta años? Y yo soy muy consciente de mi salud desde hace cincuenta años. De hecho, creo que tu salud se deteriorará si tienes que dejar de hacer algo que te gusta hacer».

Haarhuis fue el primer piloto holandés en un globo aerostático en la década de 1970. Fue entrenado por el estadounidense Simon Faithfull. En los últimos cincuenta años ha realizado casi cinco mil vuelos en globo, principalmente como piloto para su empresa Ad Ballon Ballonvaarten, con sede en Breda.

«Cuando estás tan lejos de todo lo terrenal, te sientes un poco como en el cielo».

No se hace ilusiones de que logrará modificar la legislación europea en las trece semanas antes de su cumpleaños. Así que Haarhuis vendió su empresa. Bajo el mismo nombre, ahora se ha mudado de Breda a Galder, donde todavía se puede encontrar Ad regularmente. «Echaré de menos especialmente el contacto con la gente, con los demás pilotos, la tripulación, los clientes y los granjeros donde aterrizas con tu globo».

A Haarhuis ya no se le permitirá transportar pasajeros que paguen, pero seguirá aumentando. «Lo llevo en la sangre. Lo llamo una especie de meditación. Como estás muy concentrado, el resto se desvanece. Cuando estás tan lejos de todo lo terrenal, te sientes un poco celestial. Así que déjame flotar», ríe el piloto de Breda.

Vista de su amada Breda desde el globo aerostático de Ad Haarhuis.  (foto: Raoul Cartens)
Vista de su amada Breda desde el globo aerostático de Ad Haarhuis. (foto: Raoul Cartens)



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