Pura energía y alegría: los dibujos del dibujante van más allá de cualquier referencia figurativa y literaria. Que su estilo reelabora y vuelca


ELEl tiempo es largo, profundo, misterioso. Durante muchos años, entrando en el pequeño baño entre el comedor y la puerta interna de la farmacia de la casa Ro Ferrarese, Vi la página de una caricatura de Benito Jacoviti con una dedicatoria y su firma: “A Vittorio Sgarbi, para que no me trates mal. Jacobo”. Para tener en cuenta que Jacoviti murió hace 26 años, en 1997me imagino que esa hoja me la dieron hace unos treinta años, no recuerdo dónde; y ni siquiera recuerdo haberlo conocido, jacovitti. Y entonces es probable que sea un agradecimiento, llegado a través de amigos mutuos, por algo que dije o escribí sobre él, expresando mi admiración por él. En cada ocasión pública o privada no he dejado de declararlo, pero creo que nunca lo he visto en persona.

Jacoviti: Coco Bill 1974

Jacovetti, la leyenda

Quedó en el mito de mi infancia, pero el respeto y el aparente interés de su entrega me halagan haciéndome pensar, como me ha sucedido en muchas ocasiones, en un vuelco de las relaciones generacionales. jacovitti tenía la edad de mi padre. Crecido, ese niño que lo leía con avidez se había manifestado sensacionalmente a través de la televisión, con repentina popularidad, revelando un personaje polémico, que no los mandó a decir, dispuesto a juzgar sin respeto y sin mesura. Y he aquí, pues, un tipo duro como él pidiendo indulgencia: evidentemente un juego y un cariñoso reconocimiento. Me gusta que esta sea nuestra única conexión directa, incluso a distancia. Y también me gusta decir aquí que su (pretendida) preocupación era injustificada porque Jamás podría tratar mal a Jacoviti por la consideración incondicional que siempre le he tenido..

La euforia y la diversión.

Hoy su entrega me enternece porque jacovitti es para mien tanta ironía fúnebre de ilustradores y dibujantes, el más alto e incontenible ejemplo de euforia y diversión. Y me hace sentir vivo. Nadie ha logrado, en su campo, combinar el estilo y la capacidad de entretener con el espíritu de la historia. El dibujo y el color de Iacovitti ríen con un ritmo irresistible, una serie continua de chistes que están en el dibujo antes de estar en las palabras: en la forma de los zapatos, en las caras de los animales, en las serpientes, en los peces, en las salami. La página cobra vida con la ironía y el buen humor de Iacovitti. Cocco Bill, Jak mandolina, Jak violonchelo: un desafortunado ladronzuelo que consigue los trucos sugeridos por Palomitas de Maíz, un diablillo torpe expulsado del inframundo por mala actuación. Aquí está apuntando con un arma, tan inofensiva que una araña sale del cañón, a un desafortunado que muestra el forro de sus bolsillos declarando: “Pero estoy arruinado”. El chiste en sí no tiene gracia, pero el contexto, la ilustración del diablito saliendo del sombrero de copa son irresistibles. Iacovitti es pura energía, ritmo, horror vacui, invención continua.

El Manifiesto de 1962 por la Campaña cívica por la desinfestación del Municipio de Milán tiene un ritmo incontenible. Jacoviti imagina ingeniosas máquinas infernales al servicio de la división de higiene y salud para la lucha contra moscas y mosquitos. Jacoviti describe, como no hubiera podido hacerlo Hieronymus Bosch, la acción de sus máquinas diabólicas: también se está realizando una vasta acción de desinfestación con el uso de helicópteros. La imagen corresponde perfectamente al énfasis triunfalista, como siempre lo hace Jacoviti en sus salvajes ilustraciones.. De ellos surge una música que es una mezcla de Rossini crescendo y jazz. Los calendarios, agendas, diarios, publicidad de Esselunga, el cuaderno escolar de Coccobill son evidencia de una imaginación desenfrenada que coincidió con la vida misma de Jacovitti. Pura energía, pura alegría.

Para explicar qué fue Jacoviti no nos ayudan las referencias figurativas o literarias, no hacen falta citas que su estilo rumie y trastoque. El ritmo de la invención y el espíritu de los tiempos encuentran su equivalente en Fred Buscaglione. No hay referencia más elocuente y directa para entender a un artista tan insólito y complejo. Todo lo demás es aburrido.

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