Con imágenes aterradoras de un granjero flamenco que castra lechones sangrantes sin anestesia, GAIA espera obligar a los políticos a prohibir tales prácticas. Más de ocho de cada diez belgas están de acuerdo. “Con una vacuna o detección de olores en el matadero, hay muchas alternativas para salvar a los lechones recién nacidos de un dolor infernal. El hecho de que la castración sin anestesia todavía esté permitida en nuestro país es la mayor frustración en 30 años de GAIA”.
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