Thijs Huizing y su hijo Maarten llegaron a la gran máquina voladora. “Si llega un Boeing 777, tienes que estar ahí”, dice Thijs. “Ayer todavía estábamos en Schiphol. Los ves regularmente allí, pero no en Eelde. Creo que es muy bueno que un avión así venga aquí una vez”, le dice a RTV Norte.