La multitud de ejecutivos extranjeros que regresaron este mes al Salón del Automóvil de Shanghái después de tres años de restricciones por el covid-19 se sorprendieron por los rápidos avances logrados por los fabricantes de automóviles chinos en el ínterin. Con decenas de nuevos modelos de vehículos eléctricos chinos y tecnologías de baterías en exhibición, la escala del desafío para los jugadores establecidos estaba a la vista de todos.
Los fabricantes de automóviles del mundo ahora enfrentan un «momento de la verdad», dijo Fabian Brandt, un consultor de la industria con sede en Múnich que no había estado en China desde fines de 2019. Los fabricantes de vehículos eléctricos del país habían demostrado cómo estaban extendiendo su dominio local y comenzarían enfrentarse a empresas estadounidenses y europeas en sus propios territorios.
China, que ya es el mercado más grande del mundo para vehículos eléctricos, está lista para desplazar a Japón del primer lugar en volumen de exportaciones de automóviles a nivel mundial este año después de superar a Alemania en 2022.
Señalando los avances de China en las llamadas características de infoentretenimiento, conceptos interiores experimentales y el uso de múltiples cámaras y sensores exteriores en previsión de la conducción autónoma, Brandt, quien lidera el equipo global de automóviles en la consultora Oliver Wyman, dijo que los jugadores chinos podrían «poner en peligro el actual desempeño financiero muy sólido de muchos jugadores establecidos”.
“Por el lado de los costos, los efectos de escala resultantes de la rápida adopción de la movilidad eléctrica en combinación con la innovación en tecnología de baterías de clase mundial están dando como resultado modelos de automóviles chinos altamente competitivos que pondrán a los fabricantes establecidos bajo una presión de costos significativa”, dijo.
La participación de vehículos híbridos enchufables y de batería pura en China aumentó a más de una cuarta parte de las ventas, o casi 7 millones, el año pasado desde menos del 5 por ciento, o 1,2 millones, en 2019.
El dominio de las empresas chinas en la cadena de suministro de vehículos eléctricos también ha inquietado a los ejecutivos y gobiernos occidentales. En muchos de los materiales clave utilizados en la producción de baterías EV, la parte más cara de los automóviles, China tiene más del 80 por ciento de participación de mercado.
En 2019, empresas chinas como Xpeng y Nio aún eran empresas emergentes poco conocidas, con apenas cinco años de antigüedad y sin amenazas para gigantes establecidos como la alemana Volkswagen, la japonesa Toyota y los grupos estadounidenses Ford y GM. En lo que va del año, los fabricantes de automóviles chinos, encabezados por BYD respaldado por Warren Buffett, han fabricado ocho de los 10 modelos más vendidos en el segmento de vehículos eléctricos en China.
En un reconocimiento del desafío urgente que plantean los rivales chinos, los ejecutivos de Volkswagen aprovecharon el evento de Shanghái para anunciar una inversión de mil millones de euros en un nuevo centro de innovación en Hefei, en el este de China.
Para el grupo alemán, que ha dependido de los consumidores chinos para al menos la mitad de sus ganancias netas anuales, el centro de Hefei es una parte clave de un plan para reducir el tiempo necesario para desarrollar nuevos productos y tecnologías para China en aproximadamente un 30 por ciento en los próximos años
Sin embargo, Christoph Weber, gerente general de una empresa suiza de software de ingeniería en Shanghái, dijo que los grupos automotrices extranjeros deben volverse más ágiles y ejecutar «verdaderas estrategias de localización» para competir con el nuevo grupo de fabricantes de automóviles chinos que crece rápidamente.
Mientras que algunos ejecutivos extranjeros pueden haber comenzado a apreciar la amenaza existencial que enfrentan en China, Weber dijo que las empresas luchan por superar las estructuras corporativas y no pueden ejecutar con la suficiente rapidez, a pesar de los cambios tectónicos que enfrenta la industria.
El personal local de los grupos extranjeros en China no ha recibido “autorización para hacer lo que se necesita”, lo que significa que han tenido dificultades para seguir el ritmo de los gustos cambiantes y las expectativas tecnológicas en el mercado de consumo más grande del mundo.
“Desarrollan algunos modelos para el mercado local, pero siguen siendo bastante similares a la cartera de productos global”, dijo Weber. “Cada producto debe ser aprobado por la casa matriz. Si vives en Shanghai o Beijing, ves la velocidad, lo rápido que suceden las cosas, cómo hay autos nuevos realmente sexys, como Nio y Xiaopeng”.
Una guerra de precios rabiosa, provocada por Tesla de Elon Musk a fines de 2022, también está complicando las perspectivas para las marcas locales y extranjeras.
Musk ha indicado que está dispuesto a sacrificar las ganancias de Tesla a corto plazo y vender vehículos a precios más bajos en un impulso agresivo por la participación de mercado. Si bien Tesla no ha aumentado su participación de mercado en China este año, los analistas pronostican la consolidación de marcas más débiles en vehículos eléctricos y de combustión interna.
Las empresas que venden en el extremo inferior del mercado están bajo una “tremenda presión”, y muchas enfrentan una caída precipitada año tras año en las ventas de unidades, dijo la consultora Automobility con sede en Shanghái.
“Los perdedores superarán con creces a los ganadores”, dijo Automobility en una nota a un cliente.
Un empleado de una empresa de logística automotriz en la provincia de Jiangsu, al norte de Shanghái, de apellido Chen, dijo que creía que muchos grupos extranjeros tendrían que reenfocar sus esfuerzos en mercados emergentes alternativos después de perder tanto terreno en el mercado de vehículos eléctricos de China.
La guerra de precios, agregó Chen, estaba alcanzando rápidamente un punto de inflexión para algunas empresas, con fabricantes de automóviles locales y extranjeros luchando. En un ejemplo, las ventas de vehículos híbridos enchufables y de batería en Chery, respaldada por el estado, cayeron casi un 70 por ciento interanual en el primer trimestre.
“Muchas empresas luchan por sobrevivir”, dijo Chen. “Muchos morirán pronto”.