En el primer trimestre de este año, al menos 441 personas murieron al cruzar del norte de África a Europa. Esto es evidente a partir de las cifras del Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Es el mayor número de muertos en los últimos seis años. Debido a que al menos otras 300 personas siguen desaparecidas, la cifra de muertos probablemente sea una subestimación, según la OIM.
La organización de migración, afiliada a las Naciones Unidas, llama a la ruta migratoria a través del mar Mediterráneo “la más mortífera del mundo”. Los africanos que se aventuran a cruzar a Europa a menudo lo hacen en barcos destartalados que apenas pueden soportar el mar embravecido. Según la organización, aproximadamente la mitad de las muertes están relacionadas con los esfuerzos de rescate retrasados por parte de los estados responsables. En un caso, no se lanzó ninguna operación de rescate. Después de más de 20.000 muertes confirmadas desde 2014, el director general de la OIM, António Vitorino, dice temer que las muertes de migrantes en el Mediterráneo se hayan “normalizado”.
Italia declaró el estado de emergencia el martes después de que el número de llegadas alcanzara las 31.000 en el primer trimestre, según el Ministerio del Interior, casi cuatro veces el número en el mismo período del año pasado. El Gobierno ha destinado 5 millones de euros a nuevas medidas dentro del estado de alarma, entre ellas nuevos centros de acogida de refugiados en el sur. También se debe prestar especial atención al ‘punto crítico’ Lampedusa, la isla del sur de Italia a donde llegan muchos refugiados de África.