«Arular» de MIA: El minimalismo de la pista de baile como una jungla humeante


Es difícil mantener la calma y la seriedad en Arular. Pretender que este es solo uno de los muchos CD que llegan a las tiendas cada mes.

En su debut, la londinense de 27 años Maya Arulpraggasam, alias MIA, condensó las diferentes influencias culturales de su entorno en canciones que son agresivas y al mismo tiempo te hacen feliz. Así nació la música más viva, vital y conmovedora que actualmente se puede escuchar en los clubs.

MIA entra en trance en casi todas las canciones

Las referencias estilísticas como el ragga, el hip-hop, los bailes de tambores indios y las bandas ruidosas y silenciosas a lo Pixies se han decodificado y reensamblado por completo. El minimalismo de la pista de baile no es un paisaje helado de invierno, sino una jungla tropical humeante. Un pequeño truco de sonido se asoma detrás de cada ritmo de percusión intrincado. A veces gime, chilla y hace cosquillas como en una de esas naves espaciales de película basura de los años cincuenta. MIA rapea, resopla y gime. Recurrentemente cae en un canto parecido a un trance, que puede remontarse a Sri Lanka, donde su padre era un líder rebelde tamil al que la gente llamaba Arular.

Con su música, MIA también se ve a sí misma como una luchadora contra el capitalismo globalizado y sus soldados de asalto estadounidenses. Pocas veces se ha formulado una crítica al sistema con tanta sensualidad y tanta pasión como en el primer sencillo de MIA, «Galang». El estribillo, sin embargo, muestra pura alegría de vivir, donde otros gimen, se quejan, balbucean. ¿Por qué no se toca esta música en todas las demostraciones antiglobalización, o lo ha sido durante mucho tiempo? En cualquier caso, un disco indispensable, no solo para los fans de Missy Elliot, Timbaland y Dizzee Rascal.

Un artículo del archivo RS



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