Los incentivos fiscales para las calderas de gas están a punto de desaparecer. O, al menos, cambiar radicalmente su estructura. Porque las concesiones actualmente en vigor (sobre todo el eco-bono) podrían destinarse a diferentes electrodomésticos, si en los próximos pasos también se confirma el texto de la directiva de caso verde emitida por el Parlamento de la UE: sobre todo, los incentivos irán a electrodomésticos híbridos y certificados para funcionar con gases renovables, como el hidrógeno.
En el campo de los sistemas de calefacción, la directiva aprobada ayer por el Parlamento Europeo indica un objetivo desde el mismo momento de su transposición. El principio, en línea con lo que ya ha señalado Bruselas en otras medidas, es que tanto los edificios nuevos como los existentes en proceso de rehabilitación tendrán prohibido el uso de sistemas de calefacción de combustibles fósiles. Sobre todo, por tanto, las calderas de gas.
Sistemas híbridos excluidos
Pero cuidado: estos límites no incluyen los sistemas híbridos (como los que consisten en una caldera de condensación y una bomba de calor, controlados por una sola unidad de control) y las calderas certificadas para operar con combustibles renovables (como el biometano o el hidrógeno). Insertar esta corrección en el texto final fue decisivo para obtener el sí popular a la medida. Aunque ayer el ponente del texto, Ciaran Cuffe, dijo estar descontento con esta solución durante la rueda de prensa de presentación de la directiva.
Además de la prohibición del uso de estos aparatos, la directiva también aborda el tema de las concesiones. Sobre esto, un pasaje del texto aprobado ayer por la mañana tiene una relevancia particular: “Los Estados miembros -explica la directiva- ya no ofrecen incentivos financieros para la instalación de calderas individuales que utilizan combustibles fósiles”. Esto ha estado sucediendo “desde enero de 2024 a más tardar”. Queda por entender cómo se puede poner en práctica la prohibición en tan poco tiempo (hay, de hecho, dos años para la transposición por parte de los países miembros), pero el principio es muy claro. También porque otro pasaje del texto explica que los países miembros “no deberían ofrecer incentivos económicos para la instalación de calderas de combustibles fósiles a partir de la entrada en vigor de esta directiva”.
Bonos confirmados para calderas certificadas
Lo dicho anteriormente sobre la prohibición de instalación también se aplica a las concesiones, según un esquema muy similar. La directiva, también en este ámbito, no considera los sistemas de calefacción de combustibles fósiles, los sistemas de calefacción híbridos y las calderas certificadas para operar con combustibles renovables. Para ellos, en definitiva, deberían quedar las bonificaciones.