Papa Francisco: «No dimitiré pero dimitiré solo si el cansancio me nubla»


La dimisión del Papa, que el propio Papa no tiene intención de dimitir, vuelve a estar en el centro de atención. Bergoglio, en vísperas del décimo aniversario de su elección, que tuvo lugar el 13 de marzo de 2013, reitera que no piensa en absoluto en la dimisión -como su antecesor Benedicto XVI, fallecido recientemente- sino en «un cansancio que no no te hace ver bien las cosas, la falta de claridad, de saber evaluar las situaciones» le empujaría a darlas, y «incluso el problema físico, puede ser. Siempre pregunto sobre esto y sigo los consejos. ¿Cómo son las cosas? ¿Crees que tengo que…? Le pregunto a la gente que me conoce, incluso a algunos cardenales inteligentes. Y me dicen la verdad: anda, está bien. Pero por favor: grita a tiempo». Así lo hace el Papa Francisco en una entrevista con Rsi, la televisión suiza en lengua italiana que será retransmitida por la televisión suiza.

«Soy viejo, la rodilla fue una humillación física»

«Soy viejo. Tengo menos resistencia física, lo de la rodilla fue una humillación física, aunque ahora está sanando bien», añade el Papa Francisco, que hace balance de los 10 años de su pontificado. De la silla de ruedas «me daba un poco de vergüenza». Francesco dice que extraña la vida de Buenos Aires “caminando, yendo por la calle. Caminé mucho. Usaba el metro, el autobús, siempre con gente».

«Esta es una guerra mundial en Ucrania»

La guerra en Ucrania «es una guerra mundial. Comenzó en fragmentos y ahora nadie puede decir que no es global. Las grandes potencias están todas enredadas. El campo de batalla es Ucrania. Todos luchan allí. Esto hace pensar en la industria armamentística», dice el Pontífice. «El segundo día de la guerra, fui a la embajada rusa ante la Santa Sede para decir que estaba dispuesto a ir a Moscú con la condición de que Putin me dejara una ventana para negociar. Lavrov me escribió agradeciendo pero no es el momento. Putin sabe que estoy disponible. Pero allí hay intereses imperiales, no sólo del Imperio Ruso, sino de otros imperios. Es propio del imperio poner en segundo lugar a las naciones».



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