Fue un espectáculo de propaganda organizado como un gran concierto pop en el estadio Luzhniki de Moscú en honor a Vladimir Putin y el primer aniversario de la invasión de Ucrania. El clímax trágico: los niños aparentemente secuestrados de Ucrania tuvieron que subir al escenario para dar unas palabras de agradecimiento por su “rescate”. Uno de los niños era Anya Naumenko, una niña de 13 años de Mariupol, cuya madre fue asesinada por metralla rusa. Una amiga dice que se sorprendió al verla hablar en el mitin de Putin.
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