La cita está fijada para el mediodía del martes 7 de marzo en la Comisión de Hacienda de la Cámara. Dentro de esa hora, la mayoría y las oposiciones deberán presentar sus rectificaciones al decreto ley con el que el Gobierno ha bloqueado las transferencias y bonificaciones de facturas por bonos de construcción a partir del 17 de febrero.
Las expectativas y peticiones de asociaciones, empresas y ciudadanos de a pie, representadas por el éxodo de los Superbonus, son muchas y muy probablemente se traducirán en al menos 400/500 enmiendas. No es exactamente de la misma opinión el gobierno, que está dispuesto a gestionar algunas correcciones sobre todo para gestionar el periodo transitorio y algunas situaciones particulares como las que se han presentado para sismabonus, Iacp y Onlus, o incluso para quienes han optado por el descuento en la factura pero la instalación de calderas, acondicionadores de aire o artefactos no se realizó antes del 16 de febrero, es decir, el día anterior a la fecha de entrada en vigencia del decreto ley 11.
Amplia convergencia en sismabonus y compensaciones
Las enmiendas que presentarán los grupos políticos el martes se moverán principalmente en cuatro líneas. Dos de estos han obtenido grandes convergencias. Uno coincidente con las intenciones del Gobierno y que se refiere a las transferencias y descuentos en la factura del bono terremoto. La idea básica apunta a reactivar el mecanismo para apoyar las intervenciones de reconstrucción en el cráter en el centro de Italia. El otro gran tema es el de las compensaciones con F24. Todas las asociaciones lo solicitan, desde la ABI hasta los constructores, desde las empresas hasta los autónomos y artesanos.
La posibilidad de utilizar la compensación entre los impuestos adeudados por los clientes bancarios y la cesión por parte de las entidades de préstamos problemáticos a empresas está presente de hecho en todas las modificaciones con un porcentaje que varía del 1 al 3% según las propuestas de las partes. Un camino que, sin embargo, presenta no pocos obstáculos para el Gobierno.
Está, por ejemplo, el factor tiempo a jugar en contra: adaptar los procedimientos para compensar impuestos y morosidad requiere unos meses para poder definir claramente para el Departamento de Contabilidad cuál será el flujo de efectivo correcto de los impuestos adeudados por los contribuyentes. . Luego está la caja registradora para agitar los pensamientos del gobierno. El riesgo de desequilibrar los ingresos del Tesoro necesarios para garantizar servicios, salarios y pensiones podría ser muy elevado.