Rusia pierde alrededor de 150 tanques al mes, mientras que la industria bélica es diez veces demasiado lenta para compensar esas pérdidas.

Según las estimaciones, el ejército ruso ya ha perdido casi 2.000 carros de combate principales. Mientras Ucrania espera con impaciencia la entrega de tanques occidentales modernos, Rusia tiene una fábrica de tanques y depende cada vez más de la reparación de modelos antiguos. Según el semanario británico ‘The Economist’, la demanda rusa de tanques ahora supera la producción por un factor de diez.



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