Una mujer belga de 35 años, que padece una enfermedad hereditaria en la que se le rompen los dientes con facilidad, fue despedida en su primer día de trabajo. Durante la aplicación, la mujer usó una máscara facial, para que su jefe no pudiera ver sus dientes. El primer día de su nuevo trabajo, el empleador notó los problemas dentales de la mujer. A la empleada le dijeron ese mismo día que no tenía que volver.
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