Juve, Allegri evalúa un ataque de 4 estrellas ante el Nantes: el tridente más Kostic

El jueves la vuelta de los playoffs ante los franceses, tras un empate 1-1 en la ida. Con Spezia, Chiesa y Di Maria se salvaron, los bianconeri en Europa con todas las armas

Alexandre Dumas cuenta en el «Vizconde de Bragelonne», en el que narra la historia de Charles de Batz de Castelmore, que se hizo famoso como d’Artagnan, a quien arrestó el cuarto mosquetero en Nantes Nicolás Fouquet, el ex superintendente de Hacienda que se había atrevido para exponer a la sombra al Rey Sol, y luego lo escoltó desde la Bastilla hasta Pinerolo, en el Piamonte, a escasos 40 km de Turín. Diciembre de 1664 a enero de 1665. Un viaje similar, aunque en sentido contrario, al que hará este miércoles la Juventus (aunque más cómodamente en avión) con el objetivo de acudir a la ciudad de los duques de Bretaña para clasificarse para los octavos de final de Europa. Liga que puede valer una temporada entera.

El poderoso monarca francés que vivió en el 1600 podía contar con la lealtad absoluta no solo de D’Artagnan, sino también de los otros tres mosqueteros, Athos, Porthos y Aramis, protagonistas de una de las trilogías más famosas de la literatura francesa. Massimiliano Allegri también tiene sus cuatro valientes caballeros y con ellos está listo para ir a conquistar Francia. La ocasión es especial y el lema «todos para uno, uno para todos» es perfecto para el momento y para esta Señora, que sólo en la unidad encuentra la fuerza para volver a ser grande. En la ida, el técnico optó por una solución más prudente, tridente sí pero no en el banquillo Filip Kostic, uno de los hombres en mejor forma en estos momentos, y lo pagó con el empate francés en la segunda mitad. Para el partido de vuelta, Max tiene en mente un equipo más ofensivo, porque sabe que en esos 90 minutos (o quizás más en el caso de la prórroga y los penaltis) habrá mucho juego, quizás de todo. Por eso mantuvo a Ángel Di María, metiéndolo solo en el segundo tiempo, y dejó en Turín a Federico Chiesa, luchando con el cansancio. El jueves quiere a los dos sobre el césped, junto a Dusan Vlahovic y al otro serbio, en el 3-4-3 que ya ensayó ante la Fiorentina, la única previa de la Juventus de 4 estrellas.

Todo dependerá de las condiciones de Chiesa, que ayer trabajó en el Continassa mientras sus compañeros disfrutaban de la jornada de descanso tras la victoria ante el Spezia, y hará todo lo posible por estar allí. Las sensaciones son buenas, la exclusión de la lista de convocados fue sólo cautelar, para dar tiempo a la azulgrana a recuperarse bien tras dos partidos seguidos como titular: nadie olvida la mala lesión y la larga parada a la que se vio obligado.

Chiesa volvió a marcar (con el Monza en la Copa de Italia) y asistió a Vlahovic en la ida de los play-offs de la Europa League. En su primera temporada con la camiseta blanquinegra había marcado tres goles en los dos únicos partidos de eliminatoria disputados en la Champions (octavos de ida y vuelta con el Oporto). Con sus aceleraciones puede hacer mucho daño, por eso Allegri lo está esperando y le gustaría desplegarlo más cerca de la portería, relevándolo al menos en parte de las tareas defensivas. Kostic ganó la Europa League la temporada pasada con el Eintracht Frankfurt, anotando tres veces entre los octavos de final y asistiendo en la final. No es casualidad que haya sido elegido como el mejor jugador del torneo. Di María jugó una sola vez en la Europa League con el Benfica hace 13 años, deteniéndose en cuartos de final: es uno de los pocos trofeos que faltan en su gran escaparate, por eso tiene tantas ganas de causar una buena impresión. Vlahovic, por su parte, descubrió esta competición con la camiseta blanquinegra y selló su debut con un gol, tal y como lo hiciera la temporada pasada en su debut en Champions ante el Villarreal a domicilio. Esta vez no será España sino Francia, la tierra de los cuatro mosqueteros. Los de Allegri juegan bien al fútbol y tienen un único objetivo: ganar para continuar la campaña europea.



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