Hoy la mesa con las asociaciones de Meloni: «Defendieron las cuentas públicas»


“Intervenimos en una situación que estaba fuera de control. El superbono sigue generando tres mil millones de créditos al mes». Es domingo por la mañana cuando la premier Giorgia Meloni vuelve al bloque de fichajes en la sección social «Notas de Giorgia». “El coste total de la medida es de 105.000 millones -prosigue- y si lo dejásemos para final de año no tendríamos dinero para hacer el presupuesto: tenemos que defender el presupuesto público”. Son palabras que recuerdan las pronunciadas por el ministro de Economía, Giancarlo Giorgetti, tras el Consejo de Ministros del pasado jueves, que decidió suspender las ventas y los descuentos en las facturas de las obras iniciadas el viernes 17 de febrero.

Sin embargo, una vez que las transferencias han sido bloqueadas para el futuro, el Gobierno tiene que enfrentar el problema de los créditos ya existentes y bloqueados. Según estimaciones de Ance, se trata de bonos por valor de 15.000 millones, que las constructoras no pueden vender (porque los ahora saturados bancos ya no los compran), ni compensar (porque las empresas no tienen suficientes impuestos para pagar).

Hoy a las 17.15 se reúnen en el Palazzo Chigi las asociaciones gremiales (Confindustria, Ance, Confedilizia, Confapi, Cna, Confartigianato y Alleanza cooperativa). El objetivo de la reunión, según el primer ministro, es «comprender qué más podemos hacer para salvar a estas empresas y a estos trabajadores y volver a poner esta medida en un camino sensato».

Una primera hipótesis para desenredar el nudo de las primas varadas deriva de una propuesta de Ance y Abi: permitir que los bancos utilicen los créditos derivados de las primas de construcción no sólo para pagar sus propios impuestos, sino también una parte de los que pagan por delegación de sus clientes propios con modelo F24. Sería una solución más efectiva que la transferencia de créditos a los cuentahabientes porque involucraría a todos los F24 procesados ​​por el sistema bancario. Además, no debería haber contratiempos a nivel de cuentas públicas, si -como parece- Eurostat impone la contabilización de todos los créditos fiscales en el año de su devengo: en la práctica, si todas las bonificaciones surgidas en 2021 y 2022 son íntegramente asignado a esos años, liberar la compensación no empeorará las cuentas para 2023 (ver Il Sole 24 Ore de ayer). Entre las otras hipótesis circuladas también está la de la titulización de montos varados.

Antes de las asociaciones, el Gobierno verá también a Cdp, Sace y Abi. “No sé qué se está hipotetizando, pero son temas importantes para involucrar”, comentó ayer la presidenta de Ance, Federica Brancaccio. Quien también abogó por una medida capaz de mirar al futuro, dado que habrá necesidad de incentivar la rehabilitación edilicia que impone la directiva comunitaria sobre viviendas verduras: «Una medida estructural, de largo plazo, sin cambios en marcha, sostenible para el Estado y que favorezca la transición que todos piden. Utilizando fondos europeos». Incluso el presidente de Confedilizia, Giorgio Spaziani Testa, se ha pronunciado diciendo que está en contra de la eliminación total de la transferencia.



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