Detener coches diesel y gasolina 2035: "Nos arriesgamos al efecto Cuba"

El comentario de radio del vicepresidente de Confindustria para cadenas de suministro y medianas empresas, Maurizio Marchesini, podría parecer una exageración. Sin embargo, hay muchos coches muy antiguos en circulación en Italia. Y la situación económica actual dibuja una realidad alejada del camino trazado por la Unión Europea

roberto esperanza

¿Será Italia como Cuba, automotrizmente hablando? Difícil estar seguro en este momento, probablemente sea una paradoja. Sin embargo, puede ser útil plantear una hipótesis a partir de los datos actuales de la flota de vehículos. Dado el marco regulatorio que se está definiendo, a partir de 2035 ya no será posible vender turismos y vehículos comerciales ligeros que funcionen con gasolina o diésel en la Unión Europea. La referencia a la isla caribeña proviene de Maurizio Marchesini, vicepresidente de Confindustria para cadenas de suministro y medianas empresas. Hablando en la transmisión del 15 de febrero zapping de Rai Radio 1, manifestó que nuestro país puede correr el riesgo de un efecto Cuba porque la gente seguirá circulando con viejos autos de combustión, dado que los autos eléctricos costarán demasiado y no podrán pagarlos. Y los vehículos térmicos envejecerán cada vez más. ¿Por qué Cuba? El régimen de Castro en 1960 prohibió la importación de cualquier automóvil. Como resultado, durante varias décadas los habitantes continuaron circulando con lo que tenían, en su mayoría vehículos fabricados en Estados Unidos. Y, a pesar de la abolición de la prohibición en 2014, incluso hoy en día estos vehículos siguen estando muy extendidos y son apreciados y fotografiados por los turistas. Transferir este destino a Italia, como se mencionó, podría parecer una exageración. Pero la realidad es más compleja que las teorías. Siempre.

¿Italia como Cuba? muchos autos viejos

Las calles italianas de hoy no están atestadas de autos de los años 50, no tenemos el paisaje de La Habana. Sin embargo, un hecho es conocido e incontrovertible: todavía hay muchos autos viejos en la carretera. A 30 de junio de 2022, según estimaciones de Unrae (asociación de fabricantes extranjeros que operan en Italia), alrededor del 25 % del parque automotor italiano era anterior a la clase de emisiones Euro 4, categoría a la que pertenece otro 24 %. Entonces, casi la mitad de los autos en la carretera tienen al menos 13 años. Pero hay incentivos, se dirá. Aquí también los hechos cuentan una historia diferente.

Incentivos al coche eléctrico: pocos e incluso demasiados

Números, números, números. Los coches eléctricos son caros. En las listas de precios italianas hay menos de diez modelos (excluidos los cuadriciclos) con un precio inferior a los treinta mil euros. En 2020, la renta media anual de una familia de cuatro miembros era de 45.438 euros, último dato disponible de Istat. La tasa de paro nacional a día de hoy ronda el 8% a lo que hay que sumar el porcentaje de la tasa de ocupación, es decir, el 60,5% de la población (datos Istat de diciembre de 2022). Estas cifras no te permiten volar mucho. Y los incentivos no cambian la situación. En la tarde del 16 de febrero de 2023 aún estaban disponibles 173 de los 190 millones de euros que puso a disposición el gobierno italiano para comprar un coche eléctrico. Una aportación de 5.000 euros por cada vehículo, si se desguaza un coche hasta 4 euros, en caso contrario la bonificación baja a 3.000. Entonces estos incentivos son pocos para una familia con ingresos normales pero también demasiados en general, dado que siguen estando casi en su totalidad en las arcas del Estado.

Incentivos al coche térmico: el momento fugaz

Gran parte de la población se ocupa a diario de las facturas de la luz y del coste de la cesta de la compra. Los que pudieron sustituir al viejo vehículo lo hicieron principalmente para evitar las prohibiciones en los núcleos urbanos de las grandes ciudades, siendo el transporte público lo que es. Sin embargo, comprando un pequeño coche de gasolina, como máximo un híbrido suave. Los más rápidos y hábiles para hacer malabares con la burocracia se aprovecharon de los magros incentivos otorgados a principios de 2023 a los coches con emisiones de CO2 entre 61 y 135 g/km: dos mil euros y solo tras el desguace. Un fondo de 150 millones, una cantidad que se agotó en menos de un mes, casi en un instante. ¿El resultado en términos de modernización de la flota de vehículos? Algo más de 75.000 coches, aproximadamente. De más de veinte millones de “codificadores”. Irrelevante. Pero, por otro lado, tampoco parece viable el camino de financiar interminablemente la sustitución de automóviles con los impuestos de todos.

¿Desviar a Cuba? No pero…

La economía italiana no es comparable a la cubana. Sin embargo, no navegamos en oro. En 2022, las matriculaciones de coches eléctricos en Alemania aumentaron alrededor de un 32 %, en Francia un 25 %, en España un 29 %, en Reino Unido un 40 %. En Italia disminuyeron un 26%. Una señal muy clara. Si la economía general no mejora, los hogares no podrán afrontar tales costos. Recordemos esto: de momento los coches eléctricos más económicos tienen precios de catálogo que rondan los 21.000 y 25.000 euros, pero estos son coches urbanos. Para los coches familiares hay que ir muy por encima de los treinta mil. No podemos predecir el futuro. Pero el punto de partida es este y no debe ser ignorado.





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