La acción de Greenpeace sobre la plataforma petrolera Shell terminó después de dos semanas

Cuatro activistas ocuparon la plataforma de perforación a finales de enero al abordar el buque de transporte White Marlin al norte de Canarias desde botes neumáticos. Dos activistas más se les unieron una semana después cuando el transporte pasaba por el Canal. El White Marlin es propiedad del proveedor de servicios marítimos holandés Boskalis.

Greenpeace pidió a Shell que “deje de perforar y empiece a pagar”. La organización ecologista cree que Shell debería dejar de extraer combustibles fósiles, porque contribuyen al calentamiento global, y debería pagar las consecuencias de ese calentamiento.

Un juez británico dictaminó previamente que los primeros cuatro activistas debían abandonar el White Marlin, pero Greenpeace no cumplió con ese fallo. Shell ha presentado una demanda por daños y perjuicios por importe de 113.000 euros contra la organización ecologista. Los activistas colocaron paneles solares y una turbina eólica en la plataforma flotante de producción y almacenamiento, entre otras cosas.

Greenpeace informa que los seis activistas no han sido arrestados.



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