¡¡¡Detener!!! El gurú del orden japonés dijo que un poco de caos es saludable y aceptable


Antonella Baccaro (foto de Carlo Furgeri Gilbert).

Calle¿Mantener el orden, tirar lo superfluo, es una virtud o una forma obsesiva de control? Me preguntaba esto mientras leía la parábola de Marie Kondo, la gurú japonesa que triunfó con libros y programas de televisión que enseñaban a ordenar la casa.

Bueno, la señora, ahora de 38 años, se repudió a sí misma y admitió, al nacer su tercer hijo, que un poco de caos es saludable y aceptable.

Seamos realistas: el nivel de desorden que somos capaces de tolerar es absolutamente subjetivo, hasta el punto de que lo que a mí me parece pulcro a otros no lo parece.

Marie Kondo, la declaración que no te esperas: «Mi casa está desordenada»

Déjame darte un ejemplo personal: mi casa está llena de objetos, muchos de los cuales provienen de mis muchos viajes. Todo tiene su lugar, que tiendo a no cambiar nunca. Sin embargo, estoy seguro de que, para el ojo perspicaz, el efecto general es caótico..

deduje que mi idea de orden consiste en darle a las cosas lo que para mi es «su lugar»: todas las mañanas salgo de casa asegurándome de que no haya una sola camisa tirada sobre la cama o una taza en el fregadero.

Pero lo mío es sólo una ilusión: de hecho, he descubierto que las cosas toman su lugar independientemente de mi voluntad. Hay cajas de medicinas o diarios que he colocado en una estantería con la idea de encontrarles un lugar definitivo pero que, gracias a mi incapacidad para ordenarlos, se han ganado un lugar estable donde no deberían tener estado.

Eso es entonces el lugar de las cosas no es lo que realmente existe sino lo que les permitimos tener. Lo que crea el efecto caos es solo eso..

A su manera, sin molestar a los psicólogos, esta es una metáfora de lo que sucede en nuestra mente cuando tenemos un problema sin resolver (me refiero a algo serio, no a tareas cotidianas): al principio sentimos la necesidad de solucionarlo, pero si no lo hacemos enseguida, al final no lo volvemos a ver.

La acumulación de problemas sin resolver produce un caos en la mente que percibimos sin controlarlo. Y aquí, querida Marie Kondo, tenías razón: «La gente no puede cambiar sus hábitos de limpieza sin antes cambiar su forma de pensar».

iO Mujer © REPRODUCCIÓN RESERVADA



ttn-es-13