ACNUR ya ha brindado ayuda a las partes más afectadas del país. Además de los suministros de socorro, como tiendas de campaña, mantas y ropa de invierno, se proporciona principalmente alojamiento. La organización repartió anoche 9.440 kits, principalmente a ancianos, discapacitados y niños separados de sus padres.
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La organización señala que para Siria se trata de una «crisis dentro de una crisis». La guerra ya había desplazado a 6,8 millones de personas antes de los terremotos. Además, ahora estamos en pleno invierno y hay tormentas de nieve en las áreas afectadas. Los empleados de ACNUR también duermen afuera porque están preocupados por la inestabilidad de los edificios.
Las circunstancias difíciles también tienen consecuencias para el acceso a la asistencia. “Las carreteras están dañadas y eso nos impide llegar a la gente”, concluye Sivanka Dhanapala, representante de ACNUR en Siria.