Bo Coolsaet tuvo que presentarse en la prisión de Brujas en marzo del año pasado, donde ingresó en la planta del hospital debido a su estado de salud. En diciembre de 2020 fue condenado a cuatro años de prisión, la mitad de los cuales en suspenso, por la agresión sexual y violación de una paciente menor de edad entre 2006 y 2008.
La niña tenía 15 años en ese momento y padecía un síndrome de dolor de vejiga, que fue tratado por Coolsaet con un dispositivo vibrador que en realidad estaba destinado a ser un juguete sexual. Según la mujer, el urólogo también le dio orgasmos y hubo tocamientos no deseados, como besos y manoseos. Coolsaet siempre ha negado estos hechos y ha interpuesto tanto recurso como casación. A finales de 2021, su recurso de casación fue rechazado y Coolsaet fue condenado definitivamente a dos años efectivos.
A principios de esta semana, a Coolsaet ya se le permitió salir de prisión después de once meses. Ahora se le debería permitir cumplir el resto de su condena en casa, aunque con condiciones. Por ejemplo, no puede cometer nuevos delitos, no puede contactar a la víctima y también debe indemnizarla.
Mussche dice en el periodico no tuvo voz en la sentencia. “Para mi cliente, el proceso giraba principalmente en torno al reconocimiento. Para ella, lo más importante fue que el tribunal confirmó que estos hechos nunca debieron ocurrir. Eso es lo que contaba para nosotros”.