Qué hace el algoritmo de Uber con la ira de los conductores también sigue siendo un secreto


Toine Heymans

Said no demuestra porque tiene que impulsar las ventas, siguiendo el algoritmo doce horas al día. Envía su Uber a la sede y luego acelera, 4.96 estrellas promedio y este es su viaje número 11,787. Conduce para UberX Saver, la variante más económica; ‘a veces es más barato que el tranvía’.

25 mil euros por un coche y papeles de taxi, por eso también se adjunta. La aplicación es buena, dice, pero si algo sale mal, el contacto es imposible, la función de chat para los conductores está desactivada. La conducción con rotación es difícil porque Uber permite demasiados conductores, como resultado de lo cual las tarifas caen, con los costos en aumento ya casi no es posible y es por eso que ‘los chicos’ a menudo conducen ‘máximo’. «Todos miramos hacia el final del mes, esperando una bendición».

Sede central en Ámsterdam, colgada de consignas.Imagen Lina Selg / ANP

La sede de Uber es una colección corporativa anónima sin logotipos, y cada manifestación crece la ira. Llegan casi cien autos, gritando ‘estafadores, estafadores’, los conductores se abren camino hacia adentro. Lo que hace el algoritmo con su ira también sigue siendo un secreto.

Uber determina quién obtiene qué viajes por cuánto dinero; es decir, dijo el juez, ‘autoridad patronal moderna’. La empresa pierde pleito tras pleito, pero sigue postergando trámite tras trámite: el ministro dice que Uber debe cumplir con el convenio colectivo de trabajo, Uber ya está iniciando un recurso. Lo disruptivo y lo burdo están estrechamente relacionados, eso está claro después de todos estos años, y mientras no perjudique el negocio, a los tipos de plataformas no les importa mucho.

Los manifestantes quieren hablar con el jefe, Maurits Schönfeld, pero está de ‘permiso parental’. Él era en la radio en BNR decir que un conductor de Uber gana 32 euros la hora, ‘muy por encima del salario mínimo’, nadie puede comprobarlo, él también lo sabe. Uber está en Amsterdam debido al beneficio fiscal, quedó claro en los archivos de Uber, pero el CEO no sabe nada: ‘Tengo allí… francamente… no sé… no estoy lo suficientemente cerca de eso’.

Cómo el poder sigue su camino se puede leer de nuevo en los mensajes publicados entre el primer ministro Rutte y la súper cabildera Neelie Kroes, viejos conocidos y compañeros del partido. Kroes quería ‘llevar volando’ a Travis Kalanick, el capataz de Uber: ‘Tienes que reunirte con él’, ‘¿tienes media hora para mí la próxima semana?’

A Kroes se le prohibió hacer lobby, Uber fue procesado en los Países Bajos como una organización criminal, Rutte hizo que un funcionario público respondiera, ‘entusiasta y en tono apropiado’: ahora no. Pero un año después estaban juntos en una foto, en la sede de Uber en San Francisco -Rutte, por cierto, tuvo que entrar por la entrada de proveedores (‘muelle de carga’); «No es el más elegante», escribió un funcionario.

Mark Rutte, Travis Kalanick y Neelie Kroes en la sede de Uber, 2016. Imagen Jerry Lampen / ANP

Mark Rutte, Travis Kalanick y Neelie Kroes en la sede de Uber, 2016.Imagen Jerry Lampen / ANP

Kalanick mantiene las manos en los bolsillos disruptivamente en esa foto, quería ‘subsidio’ e ‘instrumentos fiscales’. Interesantes son los correos electrónicos entre funcionarios que afirman que Uber ‘es algo controvertido’, pero también es ‘el tipo de empresa al que un primer ministro liberal como Rutte está abierto’, y que ‘cambiará enormemente las prácticas actuales’.

Así es: las empresas de taxis reales están desapareciendo, Uber es lo que queda para los conductores. Trabajo flexible, pero a merced de un algoritmo innegociable. La aplicación ahora tiene Uber Pro, un ‘programa de recompensas’ para conductores que cumplen con las normas, quienes deben ganar ‘puntos’ además de la facturación para convertirse en Oro, Platino o Diamante. Siempre nuevas ‘búsquedas’, escribió el periodista encubierto Jeroen van Bergeijk, que llevan a ‘comenzar a comportarse servilmente’.

Pero ahora no: los conductores golpean las ventanas y contrarrestan a un grupo de hombres que buscan las cámaras para decirles que Uber es genial. Modernos rompehuelgas, dicen los manifestantes, contratados por Uber, pero ellos mismos lo niegan.

Después, vuelve con Mohamed (4,89 estrellas), que tampoco ha tenido tiempo de manifestarse, y se ríe ante la pregunta de si 32 euros la hora es factible. ‘Los conductores son los pilares de la empresa’, dice, ‘pero nosotros valemos poco.’

68 puntos más, se queja su aplicación, o pierde el estado Uber Pro Gold.



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