Portada de “The Hurting” de Tears For Fears
En 1983 no estaba claro qué sería de estas bandas británicas de sintetizadores: Visage – ayer otra vez. Heaven 17 – estetas comunistas. Una bandada de gaviotas: una broma con peinados. The Human League – pop pomposo. Yazoo – ruido sordo anémico con voces de alma. Depeche Mode: melancolía con fuerza. Ultravox: bolsas alarmantes debajo de los ojos.
Los dos tardíos románticos somnolientos, que se hacían llamar Tears For Fears, llegaron a la escena con los adictivos sencillos “Pale Shelter” y “Mad World”. Tus computadoras soñaron, los módulos brillaron. No fue hasta finales de la década, cuando se lanzó The Seeds Of Love, que se revelaron como hippies.
Ya “The Hurting” tenía grandes melodías y sentimientos. Tears For Fears eran geniales, usaban efectos pero también solos de saxofón y guitarra, sus canciones eran disco y ópera al mismo tiempo, y podías escucharlas en casa. O en el Hammersmith Odeon, como muestra ahora un DVD. En la caja más grande de este lado de Mike Oldfield encontramos las caras B y las rarezas, todas las sesiones de radio y el DVD del concierto.
¡Érase una vez, The Hurting era solo un récord! Entre los extras, sin embargo, hay alguna basura de maxi-single y alguna pompa a la que ya Roland Orzabal se inclinaba por aquel entonces. El siguiente álbum, “Songs From The Big Chair”, trajo fama mundial con “Shout”, pero también amplió los límites del dúo. “The Hurting” todavía tiene la calidad irresistiblemente no especulativa del comienzo ingenuo.
Este texto de archivo es la reseña de la edición de lujo publicada en 2014 de “The Hurting”.