La superestrella árabe Fairuz olfatea a Mohammed bin Salman y rechaza la acción saudita


Con esto, la diva de 88 años le ha sacado una nariz larga al príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman. Este último ha estado abriendo las persianas a la música pop, las raves del desierto y el fútbol desde hace algunos años, con el fin de unir a su población muy joven.

Fairuz no quería participar en esa fiesta. La noticia fue anunciada en Twitter por un profesor libanés y luego confirmada por la hija del cantante, Rima Rahbani. Si su anciana madre alguna vez quiere volver a actuar, dijo Rahbani, “será en el Líbano”. Fairuz (nacido como Nouhad Haddad en 1934) lleva una vida muy solitaria en una pequeña casa. La última vez que sus compatriotas la vieron fue durante una visita del presidente francés, Emmanuel Macron, al Líbano en 2020. En un suburbio de Beirut, se le permitió una audiencia con la gran dama.

Durante los últimos años, Arabia Saudita ha visto ir y venir a estrellas del pop como Justin Bieber, Mariah Carey, DJ Tiesto y David Guetta. El mejor jugador de fútbol Cristiano Ronaldo se unió recientemente a las filas al firmar un contrato de un millón de dólares con el segundo equipo del país, Al-Nassr.

Las organizaciones de derechos humanos a menudo presionan a las estrellas para que no actúen en el país, porque se dice que los conciertos tienen como objetivo encubrir la dramática situación de los derechos humanos. A veces eso tiene éxito: Nicki Minaj también canceló un concierto. Una publicación crítica en Facebook puede generarle una sentencia de prisión de más de 40 años en Arabia Saudita. Al menos 148 detenidos fueron ejecutados el año pasado, 81 de los cuales fueron ejecutados en un día.

Fairuz durante una actuación en 2003.Imagen John Atashian/Getty Images

No está del todo claro si tales mensajes han sido decisivos para Fairuz. Su avanzada edad también puede haber influido. Ya no actúa, y su último disco ya tiene seis años. la revista cultural Rasef 22 sin embargo, lo limita a consideraciones político-religiosas. Los sauditas (suníes) a menudo interfieren en los asuntos libaneses, por ejemplo, cuando secuestraron al primer ministro libanés Saad Hariri en 2017 y lo subieron a un avión a Riad, donde tuvo que leer una declaración humillante en vivo en la televisión.

La ‘madre de todos los libaneses’ (ella misma ortodoxa oriental) es conocida como alguien que quiere complacer a todos los grupos religiosos en su país dividido. Durante la sangrienta guerra civil libanesa (1975-1990) no eligió ningún bando. Cuando su hijo sugirió hace diez años que ella simpatizaba con el movimiento militante Hezbolá, el resto de la familia lo negó rotundamente.

Esa negativa constante a tomar partido ha dado sus frutos, porque de Bagdad a Rabat y de Doha a Beirut, su música se sigue escuchando tanto como al comienzo de su carrera, hace sesenta años. Por cierto, siempre disparas a Fairuz por la mañana. La velada está reservada para esa otra celebridad, la egipcia Oum Kalthoum.



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