Las nubes de nácar son un caso especial. A diferencia de la mayoría de las nubes que barren nuestros cielos todos los días, este raro fenómeno natural no se encuentra en la troposfera sino mucho más arriba en la estratosfera. Unos 25 km para ser exactos. Es por eso que a veces se les llama nubes de estratosfera polar.
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Las nubes de nácar parecen como si alguien hubiera pintado el cielo con un pincel de hermosos y brillantes tonos pastel. Eso es porque consisten en pequeñas partículas de hielo, de una centésima de milímetro de tamaño. Contienen agua, ácido nítrico o sulfúrico y se forman a temperaturas extremadamente bajas de aproximadamente -85 °C. Cuando la luz del sol brilla sobre estos cristales desde abajo, aparecen los encantadores colores iridiscentes. Por lo tanto, son más visibles durante el crepúsculo cuando el sol está unos grados por debajo del horizonte. En ese momento, las nubes normales de alto velo son completamente grises y se puede ver claramente la diferencia. La apariencia en forma de onda de la nube de nácar se debe a las corrientes de aire en la estratosfera.
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Las nubes nacaradas se ven principalmente en las regiones polares durante los períodos de invierno porque solo ocurren a esas temperaturas extremadamente bajas. Normalmente, esa masa de aire también permanece bien en su lugar allí y las nubes de nácar se reservan para los polos y las áreas del norte, como Escandinavia, Groenlandia, Alaska, Escocia y partes de Rusia. Pero la circulación se interrumpe, lo que provoca que una burbuja de aire polar frío en la estratosfera se mueva repentinamente hacia el sur. Eso no solo puede proporcionar una imagen del clima invernal, sino también una oportunidad para detectar este hermoso fenómeno meteorológico.