El italiano Alfredo Cospito lleva más de diez años en prisión tras ser condenado por dos delitos violentos anarquistas. En 2006, dos bombas explotaron cerca de un campo de entrenamiento de los carabinieri (marechaussee), sin causar víctimas milagrosamente, y en 2012 hirió al director de una empresa nuclear.
Hace tres meses Cospito, cincuentón, inició una huelga de hambre contra su régimen penitenciario, endurecido en mayo del año pasado por la entonces ministra de Justicia Marta Cartabia. Desde entonces, Cospito ha estado en confinamiento solitario, al igual que los jefes de la mafia y los líderes terroristas más duros. Es el primer anarquista en Italia en ser detenido bajo este régimen.
Cospito ha perdido mucho peso y su salud se deteriora rápidamente. Destacados abogados e intelectuales de Italia piden que se suavice su régimen penitenciario. El cura Luigi Ciotti, fundador de la conocida organización antimafia Libera, entre otras, pide clemencia para que Cospito sobreviva.
El lunes fue trasladado de la prisión de Cerdeña a una prisión con enfermería especializada en Milán. El ministro de Justicia, Carlo Nordio, está bajo intensa presión para aliviar el régimen de Cospito. La justicia se mostró anteriormente a favor del régimen estricto porque Cospito podría ser visto como el líder de una organización subversiva que da órdenes desde la célula, puede señalar objetivos y puede incitar a la violencia.
Los medios italianos describen a Cospito como el líder e ideólogo del movimiento anarquista FAI-FRI, una organización internacional de anarquistas que se cree que es responsable de al menos cincuenta ataques en Europa desde su fundación en 2003. Pero su abogado argumenta que la FAI como organización ha existido durante al menos 2012 ya no está activo, por lo que Cospito no puede ser designado como su líder.
incendio provocado
Los anarquistas rechazan cualquier forma de autoridad y abogan por una sociedad que permita la autodeterminación individual. Algunos ven las acciones violentas como lícitas para lograr ese objetivo. En el barrio romano de Trastevere, el régimen de detención de Cospito ha provocado disturbios en las calles estos días. Y ya sea que siga siendo un líder o no, su encarcelamiento también incita a los anarquistas fuera de Italia a emprender acciones violentas en su nombre.
El viernes, en Barcelona, la ventana del consulado italiano se hizo añicos y pintaron con spray “Libertad para Cospito” en la pared. Sin embargo, el gobierno italiano considera más alarmantes los ataques incendiarios en Atenas y Berlín. En diciembre, el automóvil de la diplomática Susanna Schlein, primera secretaria de la embajada italiana, se incendió en la capital griega. Lo mismo sucedió en Berlín el sábado por la noche, en el automóvil del colega de Schlein, Luigi Estero.
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El gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni dijo anteriormente que “el Estado no se pone de acuerdo con quienes lo amenazan”. El régimen de detención de Alfredo Cospito estuvo en la agenda del Consejo de Ministros italiano el lunes por la noche.