Netanyahu dijo que tomaría “medidas firmes, rápidas y precisas” después del tiroteo y otro incidente en el que un niño palestino de 13 años disparó contra dos personas. El gobierno acordó medidas contra las familias de los perpetradores, quienes como resultado pierden cierta seguridad social. Sus casas también están siendo evacuadas y demolidas.
Los incidentes de disparos ocurrieron después de disturbios generalizados por una incursión israelí en el campo de refugiados de Jenin en Cisjordania. Nueve palestinos murieron en esa operación. La redada del jueves fue la más mortífera en casi 20 años, según expertos de la ONU.
El sábado temprano, Israel anunció que fortalecería la presencia del ejército en Cisjordania. Netanyahu hizo un llamado a la gente para que no se tome la justicia por su mano. “No buscamos una escalada, sino que nos estamos preparando para cada escenario”, dijo el primer ministro, que regresó el mes pasado y que ha sido duramente criticado en su propio país. El sábado, decenas de miles de personas volvieron a salir a las calles de Tel Aviv y Jerusalén, entre otras, para manifestarse contra el actual gobierno.
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