Inter, ¿qué estás haciendo? Skriniar es expulsado y Empoli marca

Tarde para el olvido para Inzaghi que se queda en diez ya en la primera parte por la doble amarilla ante el eslovaco. Bien hecho los toscanos que encuentran el gol con Baldanzi, tras un error de Onana

La Supercopa, celebrada antes y durante el partido, es cosa del pasado. El presente para el Inter es una derrota muy amarga ante un aplauso Empoli, dolorosa mucho más allá del gol encajado por el talentoso Baldanzi: por enésima vez en este 2023, el equipo de Inzaghi ha bajado el nivel de rendimiento ante un equipo de nivel inferior. Si con Nápoles y Milán se mostró decidida y audaz, contra Monza, Parma, Verona, y ahora contra Empoli, se ha redescubierto como tímida. Estuvo irreconocible incluso cuando el partido era de 11 contra 11. Y es que además recogió por primera vez las consecuencias del caso Skriniar: el defensa en la carrera hacia París ayer complicó el partido con dos paradas bruscas en los primeros 40′ . Dos amarillas inútiles son señal de que aquí no se vive la serenidad, sobre todo después de que se haya hecho público el no a la renovación propuesta por la empresa.

primera mitad

Inzaghi sacó del armario a De Vrij, volvió a sus tierras en sustitución de Acerbi y dio una nueva oportunidad a su pupilo Correa que se sentó una tarde al lado de Lautaro y obligó al banquillo a un Dzeko muy caliente. El resto de la tropa era la misma que la de Riyadh, pero con una determinación muy diferente. Gracias también al alegre Empoli de Zanetti, descarado en el regate y valiente en la actitud: a menudo mantuvo el balón en el centro del campo ofensivo gracias también al movimiento de Bajrami, centrocampista ofensivo detrás de los eternos Caputo y Cambiaghi. Con estas premisas, el dominio del juego lo tenían con diferencia los toscanos ya en la primera mitad, también porque se enfrentaban a un Inter irreconocible y hasta nervioso. No solo Skriniar, que obviamente tiene la cabeza en otra parte, sino también otros compañeros de equipo del eslovaco, que a menudo intervinieron fuera de tiempo. Las únicas iniciativas nerazzurri venían de las olas de Calha hacia la banda izquierda, donde Dimarco tenía margen para avanzar. Al contrario, el equipo de Zanetti galopaba sobre todo por la derecha por donde entraba a menudo Ebuehi: los centros desde ese lado buscando a Caputo producían las primeras ocasiones, las señales de una tormenta.

la recuperación

El semáforo rojo de Skriniar en el minuto 40, que salió con las manos en la cara desesperado y entre los coros testarudos de la Curva (cualquier posible disputa aplazada para el futuro), fue el punto de inflexión del partido. En el descanso Inzaghi apartó al evanescente Correa para meter a Bellanova, y no a Dumfries, transformado en fantasma tras el Mundial. Así Lautaro seguía siendo el único delantero, con muy pocos balones para gobernar y una soledad creciente, mientras Darmian se replegaba a la línea defensiva intentando tapar la herida y retrasar al máximo la hemorragia. Varias veces, de hecho, los empoleses se han catapultado explotando la superioridad numérica: las oportunidades se han vuelto cada vez más peligrosas hasta el inevitable gol toscano. Lo marcó la joya más preciada de Zanetti, que curiosamente había comenzado el partido desde el banquillo, Tommaso Baldanzi. Nada más entrar, metió de izquierda desde la frontal, aprovechando primero la asistencia del enloquecido Bajrami y luego la pifia de Onana. En el 10 y con un gol por recuperar, el tapón del partido se voló por completo e Inzaghi derramó todas las armas que tenía en el campo. Sumó tanto a Dzeko como a Lukaku a Lautaro, encomendando la maniobra a Calha y al ex Asllani, que entraron en lugar de un muy nervioso Barella. Mientras el público bramaba contra el árbitro de Rapuano, los nerazzurri buscaban una reacción exclusivamente nerviosa: los pocos balones peligrosos acababan fuera o alto, todo lo cual les pasaba a Dzeko y Gosens. Y, al mismo tiempo, Napoli ahora ha terminado en el hiperespacio, en un inalcanzable +13.



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