La terminal flotante de GNL llegó el viernes al puerto de Brunsbüttel, en el norte de Alemania. La instalación recibirá GNL y lo convertirá en gas natural, que luego se bombeará a la red de gas natural alemana.
Ya es la tercera terminal flotante que abren los alemanes en poco tiempo. También se han instalado instalaciones similares en Wilhelmshaven y Lubmin.
Antes de la invasión rusa de Ucrania, Alemania dependía en un 55 por ciento del gas ruso, que ingresaba al país a través de oleoductos. Para reemplazar ese gas, el país está invirtiendo masivamente en gas natural licuado que se trae por barco. Se están construyendo cuatro terminales adicionales.
No todo el mundo en Alemania está contento con el suministro de gas natural licuado. Las organizaciones ecologistas apuntan a un posible exceso de capacidad y temen que las instalaciones pongan un freno a las ambiciones climáticas de Alemania.
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