Desde Hildburg Bruns
La lluvia es puro horror para Ulla Meinecke (69). ¿Son suficientes los tazones que se han instalado y el papel de aluminio sobre sus muebles? ¿Se están cayendo más partes del techo?
Después de un trabajo de construcción fallido, los propietarios aún no han instalado ninguna protección contra la intemperie. Debido a los daños en el techo del edificio de apartamentos en Kreuzbergstrasse, el cantante («The Dancer») ahora irá a juicio.
Ella ha vivido allí en el último piso durante 40 años, en realidad. Porque la policía del edificio ha cerrado sus habitaciones. Meinecke tuvo que huir en noviembre de 2021.
«Mientras tanto, tengo el sexto apartamento temporal amueblado y tengo que volver a salir en marzo», dice sobre el BZ. Y después de un breve descanso: «Estoy al límite de mis nervios».
En octubre, el juzgado regional había condenado a la comunidad de propietarios a parar definitivamente las irrupciones de agua y amenazaba con una multa de hasta 250.000 euros o seis meses de prisión.
Como no pasó nada, Meinecke y su vecina Gudrun P. (47) ahora quieren hacer cumplir esta orden judicial ante el tribunal de distrito. Allí comparecieron el miércoles con dos testigos.
► “Parece una cueva de estalactitas”, dice el pianista Reinmar Henschke (63).
► “Ambos apartamentos están en condiciones catastróficas. Inhumano, indigno”, dice Panagiotis Tsavdaridis (59). El orfebre siempre vacía las vasijas llenas cuando las mujeres no están en el pueblo.
La cantante y sus testigos trajeron fotos para que el juez las estudiara. También hay un video actual del viernes: ¡Todavía gotea del aguacero del día anterior de los focos halógenos en el baño!
“¡Los propietarios tienen que hacer algo!”, exige contundente el juez al abogado de la comunidad de propietarios. Ella promete influir en el gerente.
Al final, acuerdan un último y amable intento. Si la administración de la propiedad encarga un nuevo techo de emergencia dentro de una semana, los demandantes dejan pasar su decisión con las sanciones amenazadas.
Si no pasa nada, el juez quiere imponer una multa. ¡Entonces los propietarios ociosos consiguen algo en el techo!