La selección eslovena de balonmano causó sensación en el Mundial de Polonia con una variante táctica sumamente inusual. En la victoria sorprendentemente clara de 32:23 en Katowice sobre los anfitriones polacos, el entrenador Uros Zormann ordenó a su pivote entrar en su propia mitad del juego a pesar de la posesión del balón, con éxito.