Luca como Baggio y Mancini: cuando el talento no era suficiente para que Italia ganara

La relación de Vialli con la selección está entrelazada con la de los dos ‘Roby’: fenómenos de nuestro fútbol, ​​pero su época terminó sin la alegría del mundo

Antes de ese abrazo -que aún tenemos en la mirada y en la mente-, básicamente o simplemente la fotografía de su vida, habían intercambiado unas palabras y un gesto. Pero, ¿cómo puedes equivocarte? Porque levantó ese balón, en estos casos apuntas directo, sin bordar, al poste. Id a verlos de nuevo, en esa película que huele a complicidad y dulzura, en el momento decisivo de los penales, cercanos en su hermosa amistad y en una historia azul que finalmente necesita ser reescrita. Porque Vialli y Mancini supieron y sintieron que finalmente podían redimir -en papeles diferentes, pero aún como protagonistas- la única decepción de su carrera infinita y extraordinaria.



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