City-Liverpool, fuegos artificiales. Doble pregunta y respuesta, luego Aké decide

En la segunda vuelta de la Copa de la Liga, un partido crepitante: Citizens, dos veces por delante y dos veces seguidos inmediatamente por los Reds. En el minuto 58 el gol decisivo del holandés puso el 3-2

De nuestro corresponsal Davide Chinellato

También será la Carabao Cup, el Mundial también acabará de terminar, pero el City-Liverpool siempre es un espectáculo. En el Etihad, en los octavos de final de la segunda Copa de Inglaterra, el equipo de Guardiola se enfrenta al súper desafío con un espectacular 3-2, iluminado por las brillantes asistencias de Kevin De Bruyne y decidido por un cabezazo de Nathan Aké que cierra el 13 loco minutos del reinicio. A pesar de las ausencias, un capítulo más en la rivalidad entre el City y los Reds fue un escenario espléndido para el regreso del fútbol de clubes, con la Carabao Cup que sirvió de aperitivo a la espera de que la Premier League se reiniciara el Boxing Day. Ganó el equipo que más mereció, pero el Liverpool no se dejó dominar y puede mirar con ilusión la misión de enderezar la temporada que se ha marcado para esta segunda parte de la 2022-23.

protagonistas

De Bruyne fue el hombre del partido. Volvió del Mundial con ganas de sacudir al mundo, tras la decepción en Qatar con su Bélgica: demostró lo decisivos que son sus pases brillantes, lo capaz que es de ser peligroso cada vez que tiene el balón en los pies. Guardiola lo dejó libre para moverse, para vagar por donde quisiera, donde viera margen para crear sus obras maestras. Enjaularlo en un módulo, en una posición, sería como intentar definir a Picasso, explicar los misterios de la Mona Lisa: imposible. Haaland tardó 10′ en recuperar el gol, pero no aclaró si Guardiola tiene razón cuando dice que cualquiera que no haya jugado el Mundial está en desventaja porque ha perdido el ritmo. El noruego mordió con la habitual habilidad para marcar esos goles fáciles de los que carecía el campeón inglés antes de su llegada. Bien Riyad Mahrez, autor del momentáneo 2-1 que abrió la locura en el inicio de la segunda mitad, también lo hizo bien el joven Rico Lewis, que Guardiola desplegó de lateral derecho pidiéndole que se concentrara para participar en la maniobra. Al Liverpool lo traicionaron los demasiados errores de umbral de Núñez, que disputó 242 minutos contra Uruguay en el Mundial, y el óxido de Salah, que se vio solo con motivo del momentáneo 2-2. Klopp está intentando reconstruir la matriz que ha permitido al Liverpool convertirse en uno de los mejores equipos del mundo: la enfermería necesita estar vacía para triunfar, el entrenador necesita poder contar con todas sus mejores piezas.

el partido

Los primeros 70′ sirven para reconciliar con el fútbol de clubes: primera ocasión de Haaland, respuesta inmediata de Núñez. El partido se desbloquea en el minuto 10: Haaland demuestra que el gol lo lleva en la sangre al recoger un espléndido invento del genio De Bruyne. El Liverpool, que parecía estar en apuros, empató 10′ después por medio de Carvalho, bueno para recoger el taco de Milner en el centro del área. Dos oportunidades sin explotar envían a los equipos al vestuario con 1-1. El inicio de la segunda parte fue una locura: un 2-1 mágico de Mahrez en el 2′, empate inmediato de Salah inspirado en una carrera por la izquierda de Núñez, lo mejor del partido. El City volvió a adelantar la nariz en el minuto 13, cuando otra pincelada de De Bruyne se posó en la cabeza de Aké. Liverpool intenta reaccionar pero Núñez tiene una puntería torcida, el City no puede cerrarla pero aún puede celebrar el pase a cuartos.



ttn-es-14