El eco del asunto fue subestimado porque al club le preocupaba principalmente respetar el contrato del jugador condenado por violación, pero no los aspectos éticos del asunto. Por ahora, la decisión está en manos de Gilardino: el jugador probablemente se salte Ascoli
Más preocupada por no hacer movimientos arriesgados a nivel contractual que por perturbar la moral común en el tema de la violencia contra las mujeres, Génova se extravió ayer. Pero, esto es una certeza, tal cosa nunca volverá a suceder. Porque el último de los mensajes que al club le hubiera gustado transmitir al exterior es precisamente el de la falta de atención a un tema tan delicado y, por desgracia, de actualidad. La inclusión de Manolo Portanova, tres días después de su condena en primera instancia con el procedimiento abreviado a seis años de prisión por violencia sexual en grupo, en la convocatoria para el partido de ayer ante el Südtirol, ha desatado cientos de comentarios negativos por parte de la afición, sorprendida por el comportamiento del club. Incluso si, en realidad, ya estaba previsto que el centrocampista no habría saltado al campo de todos modos. En retrospectiva, no fue una elección muy feliz incluso si, de hecho, en ese momento prevalecía el concepto de que no había instrumentos legales, para que el propio Génova pudiera bloquear al jugador. Eso sí, a los ojos de la mayoría de los aficionados -y el tenor de los mensajes sociales lo dejaba claro-, ante un delito tan grave, la presunción de inocencia hasta el tercer grado de juicio no parece éticamente aceptable, y para esta razón la gestión rossoblù tendrá en cuenta a partir de ahora.
LOS ESCENARIOS
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A corto plazo, será el técnico Gilardino quien establezca si Portanova, como cualquier otro jugador inscrito, puede ser incluido en la plantilla. Teniendo en cuenta que, según el propio técnico, Portanova no se había entrenado en grupo el miércoles y el jueves, y pasado mañana vuelve a ser campeonato, parece evidente que el centrocampista no acudirá mañana a Ascoli con el equipo. Más allá de las condiciones físicas, la presión psicológica es demasiado grande para que teóricamente haga bien su trabajo. El Genoa sabe muy bien que la historia es muy… incómoda para el club, teniendo en cuenta que en caso de que el abogado de Portanova recurra al Recurso de Apelación y luego al de Casación, la sentencia quedará firme no antes de finales de 2023.
EL INTERÉS DEL EQUIPO
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Es impensable seguir navegando a la vista durante tanto tiempo, por lo que a medio-largo plazo será necesaria una solución que evite al club el riesgo de posibles conflictos legales. Desde que estalló el caso en junio de hace un año, Génova siempre se ha mantenido al margen. Pero, ahora, el clamor mediático de la historia es tal que hay que evitar a toda costa que la ola de polémica abrume al entorno y al equipo, encontrando una estrategia de salida útil para todos. Hoy el vestuario sólo debe tener en mente la conquista de un lugar útil para volver a la Serie A. Los vestuarios aún tendrán que mantenerse fuera de la cancha, cueste lo que cueste.
9 de diciembre – 10:07
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