Es raro que los astrónomos sean testigos de un agujero negro supermasivo que consume una estrella. En febrero, se descubrió que este espectacular fenómeno cósmico ocurrió a 8.500 millones de años luz de nuestro planeta. El rayo de luz que acompañó esa comida tenía una intensidad de nada menos que 1.000 billones de soles.
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