Stewart Rhodes ha sido declarado culpable por un jurado de “conspiración sediciosa” por asaltar el Capitolio de los Estados Unidos el año pasado. Rhodes es el líder y fundador de Oath Keepers, un grupo de milicias de extrema derecha que jugó un papel decisivo en el ataque.
Con esa tormenta, los atacantes esperaban deshacer la victoria electoral de Joe Biden sobre el entonces presidente Donald Trump. El veredicto del jurado podría dejar a Rhodes con una pena de prisión de hasta 20 años.
Un total de novecientos sospechosos están siendo juzgados por su papel en el ataque al Capitolio. Rhodes, quien usa un parche en el ojo después de dispararse accidentalmente en la cara con su propia arma, es uno de los acusados más destacados. Además de Rhodes, la coacusada Kelly Meggs también fue declarada culpable de sedición. Un juez decidirá qué castigo recibirán.
La Comisión quiere investigar el papel de Trump en la tormenta
El grupo de milicias de extrema derecha Oath Keepers fue fundado en 2009 por Stewart Rhodes. La milicia está compuesta por militares estadounidenses actuales y anteriores, fuerzas del orden y socorristas. Han hecho el juramento (‘juramento’) de proteger la Constitución estadounidense, dicen. La milicia a menudo aparece fuertemente armada en protestas y eventos políticos.
Los fiscales dijeron que la milicia estableció una “fuerza de reacción rápida” en un hotel cercano de Virginia el día de la tormenta. Esto incluía armas de fuego que podrían transportarse rápidamente a Washington si se llamara a los Guardianes del Juramento.
Un comité de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos está investigando el asalto al Capitolio. El comité quiere interrogar al expresidente Trump, pero no se presentó a su interrogatorio a principios de este mes. El comité ahora está considerando cómo lidiar con el hecho de que él no coopera a pesar de una citación.
El asalto al Capitolio el 6 de enero de 2021 mató a cinco personas, incluido un oficial de policía. Más de 140 oficiales resultaron heridos. Los daños al Capitolio ascendieron a millones de dólares. Los alborotadores se dirigieron al exvicepresidente Mike Pence y Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes, entre otros.