Cocineros, camareros, peones: así abre la ley Smuraglia las puertas de los negocios a los presos

Segunda oportunidad

Entre las iniciativas que llevan a las empresas de la mano, llevándolas a las cárceles y guiándolas por el laberinto de trámites, también está segunda oportunidad, una asociación sin fines de lucro fundada por una periodista de La7, Flavia Filippijunto a la autora y documentalista Alessandra Ventimiglia Pieri y la propietaria de Ethicatering, Beatrice Busi Deriu. «Empezamos despacio, con muy pocos medios aparte de nuestra voluntad de ayudar a esta gente y echar una mano a los establecimientos comerciales y negocios y en poco tiempo esta actividad se ha hecho enorme -dice Filippi-. También tenemos peticiones de grandes cadenas y gremios empresariales que están aprovechando la oportunidad de tener bonificación de impuestos y al mismo tiempo abrir las puertas de la cárcel a gente de buena voluntad». En definitiva, un pequeño boom.

Partiendo de la prisión de Roma, la asociación ha abierto ahora sus “sucursales” en toda Italia: además de en la capital también en Opera, Bollate, Monza, Venecia, Pescara, Civitavecchia, Frosinone, Terni, Rieti, Viterbo, Secondigliano. “Somos una especie de enlace entre las cárceles y las empresas dispuestas a facilitar la reinserción laboral de los presos al final de su condena aprovechando los beneficios que otorga la ley Smuraglia”, explica Filippi, quien también es presidente. Se trata de jóvenes al final de su condena que ya se benefician de permisos de recompensa para volver a casa y que han recibido autorización del director, por buena conducta, para trabajar fuera de los muros de la prisión.

«Encontrar trabajo – explica Filippi – es la mayor aspiración de quien sueña con reintegrarse; para los emprendedores también está el posibilidad de hacer negocios dentro de las prisiones, que suelen disponer de enormes naves industriales para ser cedidas en préstamo de uso gratuito a quienes aportan formación y trabajo». La opción proporciona laalquiler gratuito, descuento de 520 euros por trabajador, reducción del 95% de las cotizaciones. De momento la asociación ha abierto las puertas de los centros penitenciarios a más de 100 reclusos “pero se trata de un número en constante evolución, dado el volumen de solicitudes”, añade Filippi.

las accesiones

Hasta la fecha, el Istituto Superiore di Sanità, Terna, Conad Nord Ovest con el centro logístico de Civitavecchia, Palombini Group, Fnip (Federación Nacional de Empresas de Limpieza), Tsg Italia, Axcent Group se han adherido a la ley Smuraglia a través del servicio Second Chance, Palazzo del Freddo Fassi, Pioda Imaging, el chef Filippo La Mantia, así como «varios restaurantes y constructoras porque la restauración y la construcción son los oficios que se aprenden más fácilmente en la cárcel», concluye Flavia Filippi. Y superados los prejuicios, el enemigo número uno de los que están tras las rejas, el nivel de satisfacción de los empresarios es muy alto. “Solo necesitas conocer esta posibilidad y saber cómo aprovecharla”, dice Filippi. El resto viene solo.



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