ha los 25, 37.000 estudiantes, 73 carreras de grado, 19 doctorados, 303 proyectos de investigación y MUSA, el proyecto de regeneración urbana financiado por el Pnrr en el que participan cuatro universidades. La Universidad de Milán Bicoca es joven, y quiere crecer. ¿El buque insignia? Sustentabilidad. Hoy, en la ceremonia de inauguración del curso académico 2022/23, la rectora Giovanna Iannantuoni lo ha dicho claramente: «La universidad continúa su camino de sostenibilidad ecológica y social. La Universidad está preparada para responder a este desafío, aún más urgente por la crisis energética mundial, con ambiciosos proyectos de investigación centrados en la regeneración ambiental”.
Mucha innovación, por tanto, sin olvidar nunca de dónde venimos: durante la mañana, las diapositivas sobre retos tecnológicos se alternaron con imágenes de arte renacentista. Porque ahí es donde hay que mirar cuando se piensa en el equilibrio entre el ser humano y la naturaleza: aprender del pasado mirando hacia el futuro. Teniendo esto en cuenta, el principal reto es el de la recalificación energética de los edificios del campusDónde está se construirá un sistema de energía renovable geotérmica y solar. Meta, un campus cero emisiones.
Milano Bicocca: un laboratorio para la ciudad
Pero el proyecto no solo servirá para hacer la universidad más sostenible y agradable (gracias a los muros verdes). Servirá de modelo para otras intervenciones en la ciudad. Comenzaremos con una intervención en el edificio U 19, luego continuaremos con los de Piazza della Scienza. La idea es construir pozos para la extracción de energía geotérmica que, en combinación con paneles fotovoltaicos, permitirán reducir la dependencia de los combustibles fósiles. “En Bicocca estamos convencidos de que el desarrollo sostenible de las ciudades es el primer paso hacia una sociedad más inclusiva”, dijo la rectora en su discurso que también fue motivo de un balance intermedio.
Milán se presta bien a esta revolución verde. Entre los canales naturales y los Navigli, la ciudad yace sobre el agua y el nivel freático, debido a la desindustrialización que se viene produciendo desde hace décadas, se ha elevado. ¿Cómo no aprovechar esta posibilidad entonces? Los científicos de Milano Bicocca están estudiando cómo explotar este recurso: la energía geotérmica podría permitir cubrir el 20 por ciento de las necesidades energéticas de la ciudadreduciendo drásticamente el CO2, con beneficios para la salud de los ciudadanos.
Otras ciudades están llevando a cabo proyectos innovadores en materia de sostenibilidad, como cuenta en su lectio magistralis el profesor Carlo Ratti, director del Senseable City Lab del MIT de Boston. «Necesitamos pensar en formas de hacer de nuestras metrópolis Living Labs», dijo, «laboratorios en los que probar ideas experimentales para afrontar los retos del futuro, en primer lugar el cambio climático».
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